cartas

Vendedores en la calle

Como médica veterinaria
para tener abierto un local
al público debo pagar los impuestos correspondientes, que no son pocos.
Además, estoy expuesta a los robos, que son moneda corriente. Para mi sorpresa, en la peatonal de Rosario venden en forma
ambulante productos para animales, como por
ejemplo correas, a un precio inferior al que me cobran, por el mismo producto, los mayoristas. Tengo que
pensar que las autoridades conocen esto, porque uno duda de la procedencia de dichas correas. Esos vendedores no pagan nada
de los gastos que agobian a un veterinario, ni son perseguidos por
inspectores. Mientras tanto, estos señores se dan el lujo de reirse de todos los controles y de los justos pagadores.
Marina Balsa