Un suboficial de la Gendarmería Nacional murió la madrugada de ayer de un balazo en la cabeza al intentar impedir un robo a una pareja que estaba cenando en un restaurante ubicado en la zona costanera de Rosario. En medio del atraco, la mujer asaltada resultó lesionada, aunque su estado no revestía gravedad.
La víctima del suceso es el sargento Jorge Galván, de 33 años, que revistaba en el Destacamento Móvil Nº2. Recibió un balazo en el parietal izquierdo y murió poco después en el Hospital Italiano.
Según señaló una fuente de la comisaría 4ª, el suceso ocurrió cerca de las 1 en el restaurante Wembley, situado en avenida Belgrano al 2100, cuando los comensales ocupaban unas tres mesas del comercio. A esa hora, el suboficial asesinado custodiaba el local cuando dos jóvenes armados irrumpieron en el comercio.
Encuentro fatal
Los ladrones, según señaló otra fuente de la investigación, se acercaron a un matrimonio que estaba cenando en el jardín de Wembley con intenciones de asaltarlo. Los delincuentes entonces amenazaron a Néstor Azza, de 41 años, y a su pareja, Alejandra Benítez, de 29, y le sustrajeron una cantidad no precisada de dinero, un reloj pulsera y tres cadenas de oro.
Mientras esto ocurría, el sargento Galván, que observaba la escena desde el interior del local, salió del restaurante portando una pistola 9 milímetros "tipo detective" para auxiliar a la pareja. Según uno de los voceros consultados, Azza le comentó a la policía que "el gendarme se acercó y le preguntó a los ladrones qué estaban haciendo".
Entonces, según el relato del hombre asaltado, los dos jóvenes se retiraron y en ese momento el suboficial "esgrimió su arma". La respuesta de los ladrones no se hizo esperar: abrieron fuego y dos impactos perforaron el cristal de una ventana.
El tercer balazo de un revólver calibre 38 impactó en la cabeza del gendarme, a la altura del parietal izquierdo, sin orificio de salida. Poco después una ambulancia de una empresa de emergencia privada trasladó al Hospital de Emergencias, de donde fue derivado al Hospital Italiano. Allí falleció a las 3.20 sin que los médicos tuvieran tiempo de atenderlo a raíz de la gravedad de la herida que sufrió.
Esta versión del suceso fue confirmada por un vocero de la seccional 4ª al señalar que "el suboficial corrió para ayudar al matrimonio asaltado, se identificó como personal de seguridad y recibió como respuesta un disparo de arma de fuego".
En medio de la balacera, Azza sólo atinó a proteger a su pareja. Se abalanzó sobre ella, "para cubrirla de los balazos", y la tiró al suelo. Pero la brusca maniobra lesionó a la mujer: "se fisuró una costilla" por lo que debió ser internada en el Hospital de Emergencias, aunque anoche fue dada de alta porque la herida no revestía gravedad.
Precisamente, en el mediodía de ayer la joven le comentó el suceso a los policías. Su testimonio, según los investigadores, fue escueto ya que "no recordaba mucho porque "estaba bajo los efectos de un shock nervioso". "Solamente nos dijo que había visto cuándo tiraron", explicó el portavoz.
Conmoción de vecinos
En tanto, un vocero del Heca confirmó que Benítez sufrió traumatismos leves. Por otra parte, una de las fuentes consultadas indicó que el sargento Galván cumplía un servicio adicional de vigilancia desde hacía dos años en Wembley. Vivía desde hacía siete años en una humilde vivienda de Presidente Quintana al 3800 con su esposa Alejandra, de 33 años, y sus dos hijas, Karen, de 9 años, y Daiana de 5.
Ayer a la mañana, los vecinos de Galván estaban conmovidos por el suceso y lo recordaban con afecto. "Era alegre, siempre estaba de buen humor y por sobre todas las cosas le gustaba la vida", comentó una mujer que ocupa una casa cercana a la del gendarme asesinado. Otra mujer, a su lado, sostuvo que (Galván) "era un vecino excelente y amigo de todos".
El restaurante Wembley está situado al pie de las barrancas frente al río Paraná, sobre la avenida Belgrano. Precisamente sobre las barrancas está emplazada la villa La Sexta por lo que los investigadores presumen que los autores del atraco, según la fuente, viven en ese asentamiento precario. Los agresores "se perdieron en medio de la oscuridad", dijo una fuente de la investigación.