Año CXXXIV
 Nº 49.014
Rosario,
miércoles  31 de
enero de 2001
Min 22°
Máx 27°
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Fracasó un intento de vender Imca y Per SA a Siderar y llegó el ajuste
Una fábrica metalúrgica despidió a 60 operarios
Los empresarios argumentan "falta de trabajo", pero los cesanteados afirman que la actividad es normal

Directivos de la empresa metalúrgica rosarina Imca y Per SA, dedicada a la fabricación de caños y perfiles, decidieron ayer una cesantía masiva del personal. La decisión afectó a unos 60 empleados, casi un 60 por ciento de la plantilla laboral. Un grupo de operarios despedidos se reunieron ayer en las puertas de la empresa de la zona oeste, pero no consiguieron obtener respuestas.
Imca y Per es una compañía de capitales locales, a cuyo frente se encuentra el empresario rosarino Cayetano Francipane. Se afirmó como proveedor de la industria metalúrgica y de la construcción local en el transcurso de la década del 70, en la época del boom rosarino de la construcción.
Fuentes ligadas a la actividad metalúrgica dieron cuenta de que a la caída de las ventas por culpa de la recesión se sumó al desestimiento de una opción de compra por parte de la proveedora Siderar, para precipitar la crisis de la compañía, que ya venía arrastrando inconvenientes desde el tequila. De todos modos, los telegramas que recibieron los trabajadores argumentaron "falta de trabajo".
Operarios despedidos que permanecían reunidos frente a la planta luego de recibir los telegramas para analizar las medidas a seguir ante el imprevisto cede de sus labores, se permitieron dudar de las causas aducidas por los directivos de Imca y Per. "Los camiones entran y salen normalmente", indicó un tornero ayer frente a la entrada fábrica ubicada sobre la avenida Presidente Perón al 8.000.
"Fue sin previo aviso, sin comentar nada, ni siquiera nos dijeron «esto va mal y la semana que viene vamos a tener que cerrar», nada", señaló con resignación otro de los obreros, que también dejó entrever su desconfianza ante los justificativos de los despidos.
"Siempre sucede lo mismo, los empresarios se llevan la plata y nosotros nos quedamos en la calle", resaltó otro de los ex obreros mascullando bronca y recordando el número de hijos que tiene que alimentar.
Consultados por La Capital , directivos de Imca y Per prefirieron no efectuar declaraciones. De todos modos, se conoció que la compañía arrastraba una situación delicada desde la crisis que sucedió al efecto tequila, el cual arrastró a la quiebra a muchos de sus clientes.
A partir de mediados de diciembre también había trascendido que estaba en marcha un proceso de transferencia de la empresa hacia Siderar, emplazada en San Nicolás y perteneciente al grupo Techint. Estas negociaciones terminaron en la redacción de una opción de compra, la cual venció sin que fuera ejercida por la compañía de la familia Rocca, el principal proveedor de Imca y Per.
Según fuentes del sector, el rubro en el que se encuentra Imca y Per se vino concentrando en pocas manos y cuenta con un alto desarrollo tecnológico. A partir de allí, los volúmenes de producción ganaron escala y los márgenes de ganancias se redujeron. Esto conllevó a que ante una caída en las ventas, las posibilidades de entrar en default fueran más elevadas.
Los precios en los últimos años se ajustaron notablemente, pasando en menos de una década de 1,20 peso el precio del kilo de caño a 0,70, en promedio.
Imca y Per cuenta con una segunda planta en la provincia de San Luis, donde goza de exenciones impositivas. Con más de 25 años en el mercado, contaba hasta el viernes pasado con una plantilla de alrededor de 110 empleados.


Diario La Capital todos los derechos reservados