Año CXXXIV
 Nº 49.014
Rosario,
miércoles  31 de
enero de 2001
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Encías de mujer

En algunos períodos de la vida, las mujeres atraviesan momentos especialmente sensibles que requieren cuidados personales adicionales. Ellos se producen junto con los cambios morfológicos de la pubertad o la menopausia, durante la menstruación y en el embarazo.
Durante la pubertad el aumento de los niveles de progesterona y estrógenos causan un aumento de la circulación sanguínea en las encías. Esto puede causar una mayor sensibilidad a partículas irritantes como la comida, los microbios de la placa dental y el sarro. Las encías, por tanto, se irritan e inflaman.
Luego de eliminados los irritantes, un cepillado adecuado que incluya la limpieza interdental, resulta imprescindible ya que de lo contrario la enfermedad volverá. Si permanece sin tratamiento se corre el riesgo de que el hueso y los demás tejidos circundantes queden permanentemente dañados a edad temprana.
La gingivitis (inflamación y enrojecimiento) puede aparecer durante la menstruación. Una vez más esta situación se debe a un aumento del nivel de progesterona en el organismo y a la acumulación de placa dental.
En ocasiones algunas mujeres pueden padecer aftas y sangrado en la boca tres o cuatro días antes del comienzo de la menstruación. Otras, aparece gingivitis durante el período que se caracteriza por la inflamación repetitiva de las encías, con un enrojecimiento brillante acmopañado o no de llagas en la lengua y los carrillos. Esta gingivitis menstrual suele ceder al acabar el ciclo.
Existe la creencia popular de que cada hijo cuesta un diente. Al igual que los demás tejidos del organismo los dientes y las encías también se afectan durante el embarazo. Frecuentemente las mujeres embarazadas sufren más de gingivitis a partir del segundo o tercer mes de gestación, se aumenta hacia el octavo mes y es menos severa en el último. Esta enfermedad se conoce como gingivitis gravídica o del embarazo y se caracteriza por inflamación, sangrado y enrojecimiento de las encías. Si las encías tienen buena salud antes del comienzo del embarazo, es menos probable que pueda desarrollarse.
La gingivitis en el embarazo suele afectar más a las encías que previamente hayan estado enfermas. Igual que en el resto de las gingivitis, en las gravídicas también se corre el riesgo de que el hueso y los demás tejidos circundantes queden dañados en forma permanente si no se realiza tratamiento.
Para reducir los problemas gingivales es importante buscar ayuda profesional para eliminar los irritantes; limpiar las superficies de las raíces de los dientes y asegurarse que la eficacia de la higiene diaria oral con cepillado y limpieza interdental. Puede se necesario también algún tratamiento adicional durante el segundo o tercer trimestre de gestación. En caso de notar reblandecimiento, sangrado o hinchazón de las encías, conviene consultar al dentista o periodoncista.
En ocasiones la inflamación gingival puede localizarse en un nódulo o agrandamiento de la encías, denominado épulis gravídico o tumor del embarazo. En ningún caso es cancerígeno y se debe a una extrema reacción de la encía ante la presencia de un irritante.
El tumor gravídico no es doloroso, excepto si el agrandamiento es importante de forma tal que interfiera en la masticación o si acumula exceso de restos alimenticios. La mayoría de ellos ceden al tratamiento profesional al eliminar los irritantes que lo producen. Cualquier otro tratamiento debe consultarse con el dentista y el ginecólogo.
Tanto la gingivitis gravídica como el tumor del embarazo suelen ceder al término de la gestación; si eso no sucede, necesita tratamiento.

Anticonceptivos orales
Si la mujer está realizando control de la natalidad con anticonceptivos orales puede ser susceptible de sufrir los mismos trastornos en las encías que la embarazada. Esto se debe a que la píldora aumenta los niveles de progesterona en el organismo y convierte a las encías en un tejido más susceptible a los irritantes locales. Conviene recordar que algunos medicamentos, entre ellos los antibióticos, pueden disminuir la eficacia de los anticonceptivos orales.\La mayoría de los problemas en la dentadura que pueden aparecer durante la menopausia no se relacionan con los cambios que ocurren en el organismo. En el caso del uso de parches con suplementos de estrógenos, no se verá afectada la salud bucal, en cambio, la ingesta de progesterona puede aumentar la irritabilidad de las encías y la tendencia a la hinchazón, el sangrado y el enrojecimiento.\En raras ocasiones las mujeres pueden sufrir lo que se conoce como gingivoestomatitis menopáusica, caracterizada por las encías secas, brillantes, que sangran con facilidad y adquieren una tonalidad que puede variar desde muy pálida hasta el rojo oscuro. Otros síntomas pueden incluir una sensación de sequedad, ardor, gusto anormal, sensibilidad extremada al frío y al calor, o dificultades para la utilización de dentaduras.\Sergio Hiskin\Odontólogo y periodoncista


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