En el marco del plan de restructuración del Pami, la intervención federal elabora un proyecto para los policlínicos de Rosario, que incluye una revisión de la planta de personal y una racionalización de los gastos. Las autoridades planean disolver la unidad administradora (Uppri), que ambos sanatorios vuelvan a la jurisdicción de la delegación IX, y establecer convenios con terceros para "optimizar" la atención de los afiliados. En relación a este punto, trascendió que se considera "muy factible" la reapertura del sanatorio Julio Corzo, donde se atenderían parte de los afiliados al Pami que pertenecen a los policlínicos.
El superintendente de Salud de la Nación, Rubén Cano, recorrió el jueves pasado las instalaciones de los Pami I y II y del Julio Corzo, donde asumió un "cierto compromiso" para dar solución "en breve" a la situación del nosocomio, que depende de la Asociación de Obras Sociales (Ados) y se encuentra cerrado desde mediados del 98. "Es muy factible que se acelere su puesta en marcha", afirmó el sindicalista Jorge Juan Bilicic, presidente de la entidad.
Tres fuentes consultadas por La Capital (un gerente de la intervención federal, un alto funcionario de la Delegación IX y un gremialista) confirmaron la intensión por parte de la conducción central del Pami de atender el excedente de afiliados que tienen los policlínicos y derivarlos a otros centros, como el Julio Corzo.
El plazo para concretar esta idea no superaría los dos meses. Antes del 31 de marzo, la intervención del Pami deberá decidir la continuidad de los 400 agentes de la Uppri que fueron contratados por la gestión anterior y en su mayoría desarrollan tareas asistenciales.
Ayer a la mañana, el responsable del área de Recursos Humanos de Pami, Eduardo Silvano, reconoció que el gasto administrativo y en sueldos de personal "es altísimo" en los policlínicos de Rosario. Cuando el interventor federal, Federico Polak, anunció la reestructuración de la obra social, le apuntó a los efectores rosarinos. Más allá de las posibles cesantías, se metió con el modelo de gestión. Silvano agregó que "es posible" que haya ñoquis y aseguró que "habrá despidos" si hay empleados que cobran y no cumplen con su tarea.
La situación de los 400 contratados se empezará a definir desde hoy cuando se constituya una comisión de relaciones laborales en la que participarán delegados de los tres gremios (ATE, UTI y UPCN) y dos representantes por la intervención, Silvano y el especialista Julio Godio.
El ajuste en el Instituto comenzó con recortes en horas extras y gastos administrativos. Y en cuanto a los policlínicos, seguirá con un proyecto que tiene definidas ciertas líneas de trabajo: la disolución de la Uppri, que los Pami I y II dependan de la Delegación IX y tengan un presupuesto asignado en lugar del pago por cápita (es decir, por afiliado), revisar la planta de personal, y firmar convenios con terceros.
La intensión oficial es achicar el nivel de gastos administrativos y hacer eficientes a los centros de salud, en la idea de que el Pami debe sobrevivir de sus propios ingresos. Para otros, hay intensiones de tercerizar, cooperativizar o hasta privatizar a los efectores propios.
Un funcionario de la intervención nacional destacó que "los cambios se impulsarán desde el nivel central", más allá de que sean fogoneados "en mayor o menor medida por los interventores y delegados regionales".
El delegado de la sucursal IX y el interventor de la Uppri, Miguel Cappiello y Luis Fernández Risso, negaron conocer esa iniciativa. Es más, Fernández Risso está elaborando un proyecto para los policlínicos para los servicios médicos y el gerenciamiento.
Lo del Corzo es "factible"
Aunque pasó desapercibida, se supo de la visita, hace seis días, del superintendente de Salud de la Nación a los policlínicos. Pero antes visitó, junto a tres directores, un asesor local y el delegado de las obras sociales en esa dependencia, el rosarino Vicente Mastroccola, las instalaciones del hoy cerrado Julio Corzo.
Ante la demanda en la atención de los afiliados de las diferentes obras sociales y la saturación de jubilados que se atienden en los Pami I y II (87 mil), las autoridades nacionales quisieron saber en qué condiciones se encontraba el sanatorio de calle San Juan al 3000.
"Soy optimista por la impresión que se llevó Cano del sanatorio y es muy factible que se acelere su reapertura", apuntó Bilicic. Pero claro, el Pami es el mayor deudor que tiene el Corzo -2.350.000 pesos, según su presidente- y deberá empezar a pagar la deuda, o bien asegurar las prestaciones, como para que el ahora inactivo nosocomio comience a trabajar.
En cuanto al personal, la prioridad es de los trabajadores que estaban antes del cierre de la institución.
En este sentido, estas son épocas de negociaciones entre representantes del Ministerio de Salud de la Nación, del Pami y del resto de las obras sociales.
Por su parte, los jubilados, quizás no enterados de estas novedades, realizarán mañana una concentración frente al Julio Corzo para reclamar por la constitución de un Pami III, que podría funcionar en ese centro asistencial. Esta es una vieja proclama de los integrantes de la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados de Rosario, que ahora recobra fuerza.