Año CXXXIV
 Nº 49.014
Rosario,
miércoles  31 de
enero de 2001
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Tras el promocionado anuncio la idea quedó en stand by
El balneario topless en la isla hasta ahora es un gran fiasco

El intento quedó en el freezer. La iniciativa de instalar una playa para hacer topless en el Banquito, más precisamente en el balneario Costa Esperanza, permanece en stand by. Los empresarios que promocionaron la liberación del corpiño para esta temporada argumentan que la "autorización aún no llegó", y se basan en "los conflictos entre ambas ciudades (Rosario y Victoria) por la jurisdicción de estas islas" para fundamentar el fracaso. Pero más allá de la habilitación, parece que las rosarinas todavía no se animan a desprenderse el moñito de la bikini.
El 5 de enero La Capital publicó la iniciativa de un grupo de empresarios de Costa Esperanza que proponía un espacio para el destape de las mujeres. "Pondremos un vallado y delimitaremos la zona que será sólo para el topless", había asegurado Juan Cruz Varela, uno de los impulsores de la propuesta.
La ciudad se revolucionó después de la noticia. Pero los días pasaban y la excusa de los empresarios se repetía. Hoy, al igual que en reiteradas oportunidades, argumentan: "Todavía no está el permiso para habilitar la playa". Desde el primer momento se esperó el okey del Concejo Deliberante de Victoria. Pero el permiso hasta ahora no llegó.
Otro de los argumentos de los empresarios para justificar el retraso es el conflicto entre Rosario y Entre Ríos por la jurisdicción del Banquito. "Después del movimiento que se generó en torno a quién tiene dominio sobre las tierras se paró todo", disparó Ezequiel Leguizamón, otro de los impulsores. La Capital reveló el 10 de enero pasado que esas tres islas (Corsi Norte y Sur, y la General Pistarini) están en la jurisdicción de Rosario desde 1994. Hasta el propio director de Catastro de Entre Ríos, Alberto Solterman, lo reconoció (ver página 5).
Más allá de los argumentos, las mujeres no parecen cautivadas por la idea de desprenderse el moñito del corpiño frente a cientos de mirones. "Esto es una cuestión de tiempo. Curiosos siempre hubo, aún en las ciudades europeas donde el tema ya ni se discute", expresó Varela.
Sin embargo, la mayoría de las rosarinas opina que haría topless en el exterior, pero no en Rosario: "Antes de implementarlo en la ciudad sería necesario que la gente no se preocupe tanto en mirar lo que hace el otro", se quejan las mujeres.
Lo cierto es que el cartel de topless descansaba ayer al costado de uno de los balnearios del Banquito. Los curiosos que llegan allí en busca de pechos al descubierto se van desilusionados. Enero ya pasó. ¿Las más desinhibidas deberán esperar hasta el año que viene?


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