Año CXXXIV
 Nº 49.012
Rosario,
lunes  29 de
enero de 2001
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Asesinatos bajo el signo del enigma
Homicidios que permanecen sin resolver en Rosario
Al menos siete crímenes no fueron aclarados el año pasado. Entre ellos se hallan algunos particularmente misteriosos, como el dos jubilados italianos, el de una docente y el de un empresario que apareció en zona rural

Cuando el primer mes del siglo XXI va llegando a su fin, sobre los escritorios de algunos investigadores de la policía rosarina siguen abiertas varias carpetas fechadas en el año 2000. Sus tapas se diferencian por los nombres que tienen escritos en letras destacadas, pero se asemejan por tener todas un gran signo de interrogación. Son las investigaciones relacionadas con al menos siete homicidios que aún no fueron resueltos por los pesquisas y que las crónicas policiales ayudan a no olvidar.
El año pasado no fue fácil para los hombres de la Brigada de Homicidios de la Unidad Regional II. A los crímenes que año a año se cometen por ajustes de cuentas, dramas pasionales, o como consecuencia de violentos robos, se sumaron algunos hechos con características por demás particulares. Tal el caso de los cinco jubilados italianos que fueron asesinados en sus viviendas de la ciudad y el de los tres remiseros que perdieron la vida tras ser asaltados.
Muchos de esos episodios fueron esclarecidos, sus presuntos autores apresados y puestos a disposición de los jueces que, antes de la feria judicial, procesaron a varios de ellos. Sin embargo hay un bache imposible de cubrir: el que construyen esas carpetas con nombres diferentes y grandes signos de interrogación, que se agregan a los abiertos en años anteriores y que también permanecen sin respuestas, como el caso de Germán Brarda, para citar el episodio emblemático de los asesinatos no aclarados ocurridos en 1999.
A la hora de leer las carátulas de esas carpetas, sobresalen los nombres de las víctimas y las fechas de los crímenes: Marcelo Carlos Arévalo, el 22 de febrero; Juan Raúl Rodríguez, el 16 de marzo; María del Carmen Nieves, el 17 de mayo; Luis Gino Ianotti, el 16 de abril; Fabián Alfredo Crespo, el 28 de noviembre; Luis Brugognone, el 17 de diciembre; y Daniel Víctor Gómez, el día de Navidad de 2000.

Falta de testigos y pistas
Cuando los investigadores de Homicidios deben responder al por qué esos crímenes no fueron resueltos, sus respuestas suelen repetirse: "No hubo testigos, nadie que aportara datos concretos sobre el hecho". \Tal el caso de María del Carmen Nieves, la docente jubilada de 81 años que fue asesinada en la antigua casona de San Juan 1449 la mañana del 17 de mayo del año pasado. La mujer vivía sola y todavía daba clases de piano a algunos alumnos particulares. Su cuerpo fue hallado por un primo que la visitaba asiduamente y que, al llegar, encontró que la puerta de calle no estaba cerrada con llave. Nieves había sido salvajemente golpeada y estrangulada con un cable que la policía halló en el lugar del crimen. \La primera hipótesis que manejaron los pesquisas fue que la mujer descubrió dentro de su hogar a presuntos ladrones, pero se desvaneció cuando se encontraron en el lugar dinero, joyas, relojes y otras pertenencias que anulaban la posibilidad de un robo. Nunca se detuvo a nadie por el hecho. \Lo mismo ocurrió con los crímenes del transportista Marcelo Carlos Arévalo, de 31 años, cuyo cuerpo apareció con un balazo en la sien abandonado en un camino rural de Alvear el 22 de febrero de 2000. El hombre vivía en Alvarez y ese día había salido en su Volkswagen Polo hacia Rosario para realizar algunos trámites. Nadie supo que pasó en el camino. Cuando lo hallaron no tenía su billetera, ni su reloj, ni su cadena de oro. Poco después el auto fue encontrado quemado en Rouillón y Garibaldi, al suroeste de Rosario. Entonces, un investigador dijo que el caso era "un enigma" y casi un año después lo sigue siendo. \
Sin respuestas
Cuando sí hubo una pista concreta, el robo, e incluso testigos, fue el 16 de marzo de 2000. Ese día Juan Raúl Rodríguez, dueño de una empresa de transportes, llegaba a su local de Garay 5950 tras retirar cerca de 2 mil pesos de una financiera. Los asaltantes lo habrían seguido desde la entidad crediticia y al querer robarle el empresario se resistió, ingresó a su oficina y recibió un disparo desde atrás. Tras ello el homicida huyó del lugar. Una hija y empleados de la víctima que presenciaron el ataque describieron al homicida pero hasta hoy la policía no pudo localizarlo. \Los otros hechos que no tuvieron respuestas sucedieron en los últimos meses del año. Uno de ellos ocurrió el 28 de noviembre en Granadero Baigorria y la víctima fue el suboficial de la Armada Fabián Alfredo Crespo, quien en ocasión de estar visitando a sus familiares, resistió un robo y fue ultimado de un balazo en el cuello. \En otro caso la víctima fue Daniel Víctor Gómez, quien fue baleado en la puerta de su casa de Deán Funes 3874 el día de Navidad. Estos son dos más de los casos cuyas carpetas siguen abiertas porque nunca hubo imputados ni detenidos. \Ahora, que el primer mes del 2001 llega a su fin, nuevos expedientes se van abriendo sobre los escritorios de los investigadores y se superponen a los anteriores. Como antes, muchos de ellos podrán quedar abiertos, como el de Antonio Medina, el lavacoches de 48 años que fue asesinado el 11 de enero último (ver aparte).



Luis Brugognone fue víctima de un brutal homicidio.
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