| | cartas Pudieron haber salvado una vida
| Paraje Campo Hardy, Ruta Nacional Nº11, km 912, un chaparrón de verano dificulta las condiciones para conducir. En esta situación un automóvil pierde el control y luego de despedir a 2 de los 4 ocupantes se detiene a unos 100 metros sobre uno de sus lados. Uno de los ocupantes logró salir por sus propios medios, el otro muy malherido y casi inconsciente quedó aprisionado entre los hierros. A los pocos minutos los parroquianos (entre los cuales me encontraba) dieron aviso a la policía local y a la empresa concesionaria de esta ruta, Servicios Viales SA, responsable por la prevención y la atención de los accidentes producidos en los tramos de ruta a su cargo. Abrumados por la desoladora escena e impotentes ante nuestra impericia la desesperación fue creciendo cuando pasaban los minutos y las ambulancias no aparecían. Luego de 25 minutos llegó un móvil de la empresa, inútil para la atención que requería el caso. Debimos esperar aproximadamente 40 minutos más para que finalmente llegara una ambulancia para socorrer a los accidentados. En el vehículo sólo venía su chofer sin ningún enfermero o paramédico y ni siquiera contaba con los elementos básicos para afrontar una emergencia de este tipo. La única ambulancia enviada por Servicios Viales SA sólo pudo trasladar a dos de los heridos y los dos restantes debieron esperar aproximadamente una hora más para que una segunda ambulancia. El accidentado que quedó atrapado en el automóvil falleció a las pocas horas. Me pregunto si el desenlace hubiera sido el mismo si la empresa hubiera actuado con celeridad y eficiencia. Esta eficiencia no están ausentes a la hora de efectuar el cobro los peajes. Javier Binaghi
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