Nueva York no sólo ya aprobó los planos para la construcción de un nuevo museo Guggenheim, sobre el East River, en Manhattan, sino que además cedió los terrenos e invertirá dinero en su construcción.
El proyecto, que costará 678 millones de dólares, será financiado en parte por la ciudad, la cual facilitará asimismo el terreno para la construcción del museo de 40 pisos de altura. El nuevo Guggenheim de Nueva York será dos veces más grande que el diseñado por Frank Gehry en la ciudad española de Bilbao y tendrá diez veces la capacidad del Guggenheim ubicado en la Quinta Avenida, diseñado y construido por el arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright.
Al igual que su par en Bilbao, el nuevo Guggenheim sobre el East River será una obra de Gehry y estará construido con cristales, titanio y cemento. Además de las salas de exhibición, que mostrarán en su mayoría arte de post guerra, el museo contará con una terraza con vistas sobre el río, un parque y un jardín de esculturas, como también con un teatro de 1.200 butacas y cuatro restaurantes.
El museo, que llevará unos tres años hasta ser completado, será, según se anticipa, uno de los mayores centros de atracción turística y cultural del planeta.
Una cuestión de Estado
Pese al altísimo costo, el dinero no inquieta excesivamente a Peter Lewis, presidente de la Fundación del Museo Solomon R. Guggenheim. Con sólo una maqueta que mostrar, en abril pasado ya disponía ya del 30% del total. El problema radicaba en obtener los permisos urbanísticos, medioambientales, vecinales y, sobre todo, el terreno sobre el que construir. Cada metro cuadrado es de oro en Nueva York.
Pero la mayor parte de estos problemas fueron resueltos el mes pasado cuando Rudy Giuliani, el alcalde de la ciudad, anunció que proporcionaría el terreno que deseaba el museo, en el extremo oriental de Wall Street y una franja de costa que se extiende entre los muelles 9 y 14, en el extremo sureste de la isla de Manhattan.
La ley prohíbe la propiedad privada en las costas, por lo que el Guggenheim se edificará sobre un solar alquilado al municipio. Giuliani dijo, además, que el Ayuntamiento donaría un 10% del dinero necesario y apoyaría a los responsables del museo en todos los trámites administrativos.
La idea de las autoridades del Guggenheim es dejar en su tradicional sede de la zona alta, la espiral creada por Frank Lloyd Wright, todo el arte previo a 1945, con una presencia muy destacada del modernismo. Las obras posteriores se instalarán en el nuevo museo, que prestará especial atención, según su director, Thomas Krens, a la tecnología, el diseño y la arquitectura. La competencia entre el Moma y el Guggenheim-Sur será directa.
Si bien, este nuevo Guggenheim tendrá cierto parentesco con el de Bilbao, el edificio de Wall Street dispondrá del doble de volumen que el español, 36 galerías (una de ellas con una extensión de 2.600 metros cuadrados e iluminación natural), un auditorio con 1.200 plazas, oficinas, cuatro restaurantes, galería comercial, una pista de patinaje junto a la entrada, un jardín escultórico, un parque y un embarcadero para transbordadores. Como curiosidad, el proyecto no prevé ni una sola plaza de estacionamiento. Se estima que el complejo empleará de forma permanente a 2.500 personas y que recibirá entre dos y tres millones de visitantes cada año.