Año CXXXIV
 Nº 49.011
Rosario,
domingo  28 de
enero de 2001
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El festival alcanzó un brillo inusual con el espectáculo que brindó el grupo jujeño
Los Tekis ofrecieron en Cosquín una puesta sin precedentes
Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale anunciaron que sumarán otro integrante para marzo

U.G. Mauro

Casi todo lo sucedido ayer, durante la séptima luna del 41º Festival Nacional de Folclore de Cosquín estuvo supeditado al espectáculo final "Prodigios. El carnaval de la Quebrada" que para la TV ofreció el grupo jujeño Los Tekis, en lo que puede considerarse como una superproducción sin precedentes en la historia del festival en lo que a despliegue se refiere.
Los Tekis tiraron toda la carne al asador, elevando el escenario y decorando su fondo con gigantografías de los integrantes del conjunto. También apelaron a un glosista, a un numeroso grupo de bailarines que tanto ejecutaron danzas folclóricas como coreografías modernas y se disfrazaron para una auténtica murga de la quebrada. No faltó tampoco el humo de color, el papel picado y la harina arrojados desde las torres de iluminación vecinas al escenario sobre la platea. Automóviles decorados que subieron al escenario cargados de bailarines, antorchas, bolsitas de papel picado repartidas entre el público y estridencia, mucha estridencia sobre la base de un relato y en una puesta cuidadosamente ensayada.
Los Tekis ofrecieron una verdadera y completa semblanza del carnaval quebradeño, y hasta ofrecieron buenas ejecuciones instrumentales, pero lo que quedó en el camino fue la poesía, acosada por todos los lugares comunes de menor calidad existentes en torno a la temática romántica y una apelación permanente a ritmos que en muchas ocasiones sólo se emparentaban con lo folclórico por la presencia de una quena, un sicus, o un charango, recurso que, por ejemplo, hace creer a muchos que lo que canta Marcela Morelos es folclore.

Llegaron las "Postales"
Luego de la histórica ceremonia del himno a Cosquín coreografiado y el tradicional grito de Mahárbiz bajo el cielo coronado de fuegos artificiales, llegaron las "Postales" de Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale en una noche en la que el público recibió literalmente de todo en materia de propuestas. El dúo conformado por el tecladista y el cantante rosarino interpretó cinco temas entre clásicos del folclore como la "Tonada del viejo amor", éxitos de la trova como "La leyenda de Mate Cocido" y "El Témpano", ambas de Adrián Abonizio; la imponente "No olvides que un día fuiste luz" y "Mienten", de Roque Narvaja.
Baglietto desplegó su habitual histrionismo escénico conquistando a todos con su potente caudal de voz y sus mínimos gestos teatrales, mientras que Vitale volcó todo el arsenal de recursos guardados en sus teclados.
Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale adelantaron luego a Escenario que este año será el de la incorporación de un tercer integrante al grupo, cuyo nombre se baraja pero que aún no ha sido definido. Asimismo, indicaron que pronto comenzarán la grabación de un disco alejado del espíritu de la serie "Postales" que contará con temas inéditos.
En la trasnoche, Rosario estuvo representada por la chamamecera María Elena Sosa, que con su habitual energía y capacidad vocal mostró temas habituales de su repertorio junto a canciones de su nuevo compacto. También acapararon una buena dosis de aplausos los integrantes de Los Serenateños también santafesinos.
La música de Salta llegó con la ex Las Voces Blancas Melania Pérez, el aerofonista Gustavo Patiño y el veterano Zamba Quipildor, con destacada labor de los dos primeros.



El grupo jujeño tiró toda la carne al asador.
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