| | ¿Blindaje electoral o blindaje productivo?
| Jorge Giorgetti (*)
Tal vez la pregunta sea ¿y ahora por qué no? El gobierno de la Argentina hace un año que acomoda el péndulo de su responsabilidad en la parada de las excusas. Así, los argumentos expresados a un año de estar en el gobierno -no de gobernar- fueron escuchados por todos los argentinos y se diluyeron por carecer de entidad. Recordemos cuando dijeron: "Si no firman los gobernadores el Pacto Federal, estallamos"... y se firmó el Pacto Federal. También dijeron: "Si no nos aprueban el presupuesto, no podemos gobernar"... y se votó el presupuesto. Luego: "Si no nos acompañan con la ley de reforma laboral, serán responsables del desempleo"... la ley salió, nunca sabremos a qué precio, sí sabemos que el desempleo y la pobreza quedaron. Hoy, después de la irresponsabilidad manifiesta de un vicepresidente de la Nación -Carlos Alvarez- que renunció traicionando el mandato que le dio la gente que lo votó para transformar lo que no estaba bien y él decía poder cambiar; Alvarez, inmoralmente después del daño producido, sigue buscando manejar la política como el titiritero de la voluntad popular. Lo inconcebible es que este hombre que puso a la Argentina al borde del default -mil puntos de riesgo país-; ese hombre, Alvarez, sigue hablando y lo que es peor, el presidente De la Rúa lo sigue escuchando. Esta puesta en escena que protagonizan De la Rúa, Alvarez y Alfonsín puede titularse: "Las cien formas de hacer mediocre a un país y embarrar la política"... y por lo visto "y no morir en el intento". ¡Basta, por favor! Argentina quedó ante el mundo en una situación de gravedad de tal magnitud que, por observarlo, los organismos internacionales socorrieron casi antes de que fuese pedido el auxilio, con un blindaje de 40 mil millones de dólares. Lo increíble e imperdonable es que los responsables de nuestro gobierno, en lugar de utilizarlo debidamente para crecer, no hacen nada; o lo que es peor, lo que hacen no ayuda a nuestra gente, que es nuestro país. Mientras milagrosamente el riesgo país bajó por el apoyo externo a 700 puntos y la tasa de interés de crédito retrocedió al 7,5%, el gobierno no reacciona. Es ahora cuando debe usar el blindaje, cuando debe asistir a las pymes con políticas de reactivación, cuando debe volcar al mercado interno un shock crediticio para generar empleo productivo y salir de este parate letal con políticas activas, apoyando decididamente las economías regionales. Tenemos un país rico con gente cada vez más pobre, al extremo de advertir que estamos inaugurando una pobreza más: la pobreza legal, ya que cada vez más gente tiene menos acceso al recurso jurídico, por cuestiones de pobreza material. Lo terrible es que legalizamos esta situación. Y esto sencillamente significa que día a día perdemos libertad. Nuestro pueblo cada día es menos libre y más pobre. Soy consciente de que somos una democracia de deudores. Todos nos debemos al menos la posibilidad de creer y no ser defraudados; de esperanzarnos sin que ningún decreto más nos lo impida. Hoy nuestra democracia oscila entre la incomprensión de la sociedad y la incompetencia de la política. Lo más preocupante aún es que cuando a un pueblo no se le presenta su futuro, aparece la violencia. Nuestro país se tornó ingobernable y casi va a la quiebra por un vicepresidente que jugó con la gente, con su dolor, con sus esperanzas, con sus necesidades. A esta altura usted se preguntará "¿qué le falta a la Argentina de hoy?": gobernantes que gobiernen. El capitalismo es necesario para producir. La democracia es necesaria para redistribuir, para regular el proceso productivo, para fortalecer el mercado interno. Por lo expuesto, y lo resalto en el libro que acabo de publicar: "Para cambiar lo que duele", es el presidente De la Rúa el que debe hacer uso del blindaje con que los extranjeros muestran su confianza en Argentina para que tengamos otra oportunidad. En mi libro planteo la necesidad de que desde la Nación sancionemos una ley anticrisis. Es lo que precisa el país para que su gente se beneficie. ¿De qué manera? Recreando el mercado interno con políticas claras para nuestras pymes, fortaleciendo nuestras economías regionales, poniendo en práctica el artículo 75, inciso 18 de nuestra Constitución nacional, que sabiamente prevé situaciones como esta en donde podríamos utilizar el blindaje para fortalecer la industria automotriz, el sector lácteo, el frigorífico. ¿Todavía no somos conscientes de que, si no reaccionamos, el Mercosur será sólo Brasil? Para que un proyecto nacional triunfe, debe conquistar el apoyo de la mayoría, y para ello debe servir a la mayoría, aun cuando exija grandes sacrificios. Hoy, Alfonsín, Chacho, De la Rúa, deben sacudirse la política de shopping que parecen estar ejerciendo y recordar que los políticos tenemos una misión superior: la de servir, la de ser la herramienta que cambie lo que duele en nuestras sociedades. Somos los únicos responsables de incluir al excluido, y para ello debemos ejecutar políticas progresistas volviendo a los valores que nos hablan de reciprocidad, compromiso, servicio y generosidad social. (*) Diputado, presidente de la Comisión de Industria y Comercio de la Cámara de Diputados de Santa Fe
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