El clima de euforia se vive en casi todos los estratos oficiales, comenzando por el Poder Ejecutivo, hasta con una transmutación del carácter de Fernando de la Rúa que ya no exhibe, según sus allegados, la adustez o la frialdad combinada con una mirada dirigida a la nada, por sonrisas y alientos a los suyos sin impostación para transmitir lo que la sociedad aún no percibe.
La jefatura del presidente está fortaleciéndose, a medida que se zurcen los agujeros de la tela de la Alianza y el "blindaje" actúa como forjador de sueños. La coalición ha encontrado el modo de comenzar a funcionar como tal, sin convertirse en cogobierno, ese pánico que por tantos meses invadió a de la Rúa y que fue una de las causales de la crisis de octubre. Tanto Raúl Alfonsín como Carlos Chacho Alvarez le han dado garantías de que el espacio de reflexión colectiva concluido en un asado nocturno en la casa del jefe de gabinete Crhystian Colombo no mellara ni rozará su autoridad constitucional y además está convencido como nunca de que la noche de la recesión permanente ha quedado atrás y tiene un futuro mejor. Fue un gesto presidencial hacia Chacho hacer el encuentro fuera de Olivos o de la Rosada y el ex vice devolvió con otros, como reunirse en lugares recónditos con otros participantes de la refundación.
El "espacio de reflexión" al que el presidente irá cuando le plazca, no será de todas maneras un híbrido. El ex vice, enemigo de entes burocráticos y de obligaciones con agenda, está seguro de que sirve más encontrarse entre los designados como Chacho, Alfonsín, Storani, Machinea, la ascendente Patricia Bullrich, expresión del entorno presidencial que capitanea Antonio de la Rúa y sobre todo el eficaz Colombo, al que respetan montescos y capuletos, cuando haya algo importante para abordar, que no deje descolocado a ninguno de los socios y obligue otra vez a llevar a los medios el disgusto, porque es la TV y las radios donde hasta ahora se dirimían las contradicciones.
Autoridad presidencial fortalecida, coalición reflotada, aunque las relaciones entre los ex integrantes del binomio presidencial no serán lo que fueron, pintan de verde las expectativas del liderazgo de la Alianza. Las heridas que dejó la crisis de octubre no cerraron como lo reveló la noche del asado refundador: bastó que el recuerdo de esos días volviera para que la tensión entre los dos, muy breve, luciera como verdad incontrastable. Pero todos tratan de dejar a un lado las diferencias, radicales y frentistas se necesitan mutuamente y lo que ocurrió en la semana aventa los peligros de escisión, muy arraigados en cuadros de los dos partidos. Este estado de ánimo deberán transmitírselos los líderes, no únicamente a las bases, sino a ese pequeño ejército de funcionarios de segunda línea que ven más lo negro que lo rosado.
El lugar para Alfonsín y Chacho
Al recrearse la coalición, ha quedado cerrada la posibilidad de una reorganización ministerial, al menos hasta que florezcan las flores que promete Machinea. Storani estaba convencido de que si había cambios ministeriales, él iba a ser uno de los arrastrados por la marea, porque hubiera significado la derrota del aliancismo mas duro dentro del oficialismo. Quedaba la duda sobre el futuro de Graciela Fernández Meijide, sin contacto con su jefe, en ese escenario que no fue. Y queda qué pasará con la implementación de la Agencia Social, esa idea que Chacho supone podría ahorrar recursos y hacer más eficiente la contención, durante el hiato entre lo de hoy y una mejor oferta de trabajo. De todos modos, la mujer que alguna vez debió ser el nexo entre el Frepaso y el presidente dentro del gobierno piloteará la transición hasta que este Ente, un Emaús del Estado, camine. La actual ley de ministerios deberá ser reformada.
Sin cambios en este gabinete fortalecido, crece el papel de gran tejedor de consensos de Alfonsín. La presencia del radicalismo es más importante que en el pasado, pero se mantiene la influencia del entorno familiar o de amigos. Pruebas: el mensaje presidencial del 1º de marzo ya ha comenzado a ser trabajado por un equipo bajo las órdenes de Antonio de la Rúa y del intelectual delarruista Daniel Larriqueta, speech writer para esta ocasión. Y el espacio de consenso acordado tiende a darle más presencia al Frepaso.
Nuevas encuestas exhibirían un repunte módico de la imagen presidencial, revirtiendo la pendiente, y hay convencimiento de que con muestras de ejecutividad como la sanción de casi una treintena de decretos en una tarde se está reconstruyendo la imagen de un presidente ejecutivo, no lento ni dubitativo.
Una ventana al mundo
El presidente no viajó a Davos, donde se reúnen "los dueños del mundo", que no solamente diagnostican el futuro sino que recomiendan medidas globales ya que el chileno Ricardo Lagos y el brasileño Fernando H. Cardoso habían decidido no ir. En Davos se advierte que el mundo probablemente evitaría una recesión a pesar de las sombrías perspectivas económicas de EEUU. Si es así, algunos nubarrones sobre las expectativas externas se disiparían. La continua baja da la tasa de intereses que ordena la Reserva Federal norteamericana beneficia los planes de Machinea, pero la rebaja de impuestos que prepara la administración de George W. Bush alentaría a los capitales a marchar sobre el mercado norteamericano: menos posibilidades para la Argentina.
Importantes economistas creen inevitable un ciclo recesivo de más de un año para los norteamericanos, con la reducción de su comercio externo y por ende el enfriamiento del intercambio mundial, con consecuencias negativas para nuestro país. De cómo se desenvuelva realmente el planeta, con datos contradictorios como el crecimiento continuo chino y la meseta de más de un quinquenio del Japón, depende cómo pueden dañarse o no las predicciones de crecimiento del equipo económico. La baja de las tasas por ahora sólo beneficia las arcas del Estado y al sistema financiero. No es una proeza que el titular del banco Nación, Enrique Olivera, ofrezca créditos personales para una moneda equivalente al dólar y con deflación, al 17% anual: aun reconociendo que son más bajas que semanas atrás, son de usura. Todavía las pymes no consiguen dinero a tasas razonables y la mayoría de los grandes grupos económicos no tiene previsto aumentar su plantel de empleo o inversiones de significación, como lo ratificó a La Capital un ministro.
Machinea intentará esta semana ablandar los corazones de los banqueros para que ofrezcan dinero más barato para la producción. Los bancos prefieren financiar al Estado y no arriesgar dinero prestándole al sector privado. El secretario de industria, Javier Tizado, un hombre que llegó del grupo Techint, tiene dificultades para interesar a los capitanes de la industria a que se asocien al proyecto económico, y por eso no se destraba uno de los inconvenientes para que el sector fabril comience a movilizarse.
Buscando a Natale
En sus habituales reuniones con Alfonsín, Machinea le aseguró que los consultores que predecían un ritmo lerdo de crecimiento están modificando sus pronósticos. Pero en el equipo económico abren el paraguas porque a medida que se acerque la fecha comicial, los aparatos (y el mismo presidente, dice una voz de dentro de ese núcleo más cerrado) pedirán más gastos. El secretario de Hacienda, Mario Vicens, entrega las partidas de los ministerios en cuotas para que no se excedan (excepto cuando tengan que pagar salarios): "Si no se respetan los acuerdos, vamos otra vez al abismo", confiesan.
Abril es un mes clave, este otoño extraño deberá ser la primavera de la economía, el momento del brote seguro de que habrá flores. Entonces, creen en Economía, las presiones para aumentar los gastos mirando octubre serán "explosivas". Machinea tiene sus gurkas, comentan en las filas partidarias y él equilibrará lo útil con lo necesario. De todos modos, es en ese mes donde se juega su destino: si las predicciones no se cumplen, si la noche económica cae sobre el planeta, su futuro dejará de ser un misterio. Le aconsejan que encuentre la manera de mejorar su relación con Chacho, que lo critica con persistencia, porque el frentista es una pieza invalorable para el gobierno y que no le deje esa misión a intermediarios que siempre capitalizan éxitos que no les corresponden.
De la Rúa quiere ampliar la Alianza con los partidos provinciales. Es imposible con los demócratas de Mendoza, por el antiguo encono radical con los "gansos". El presidente piensa en otras agrupaciones, especialmente en el Partido Demócrata Progresista, con fuerza en Santa Fe, y particularmente en Alberto Natale, a quien quisiera ver en el Senado nacional por el camino de la Alianza y no regalárselo a Carlos Reutemann, que pensaría en el mismo objetivo. En Corrientes habrá elecciones para gobernador pero el interventor Ramón Mestre -que limpió trenzas en el Poder Judicial por el papel del cordobés Eduardo Capdevilla- no puso el diente en reformar la política, no dejó una cría para que impida que los viejos caudillos retornen al poder.
El 2 de febrero el comité nacional de la UCR dará los lineamientos generales para escribir el discurso y la estrategia electoral con la mirada radical. Por eso el presidente le pidió a Alfonsín que tenga en cuenta convenios con los partidos de provincias y el ex presidente resaltará a la vez "ser generosos en las listas con los muchachos del Frepaso". Se verá qué eco tiene en el interior.
¿Error de Duhalde?
En el peronismo, Eduardo Duhalde ha llamado al congreso partidario, cuyo objetivo es desbancar a Carlos Menem de la titularidad del Partido Justicialista. Los expertos consideran que el ex gobernador cometió un grave error: una cosa es que los caciques provinciales no quieran ser llevados de las narices por Menem y otra cosa es degradarlo a ser soldado raso.
Duhalde parece haber leído mal los cambios que se están dando en el universo peronista. Para fines de año, Menem computaba como aliados al cordobés José Manuel de la Sota y a la mayoría de los gobernadores de las provincias más pequeñas, frente al eje Duhalde-Ruckauf y la neutralidad de Reutemann. Este análisis se ha modificado desde que De la Sota y el gobernador bonaerense establecieron independizarse de Menem. Pero ni el cordobés ni el santafesino le darán sus congresales para formar quórum para la asamblea a la que, una vez más, convoca con el viejo sueño de mandar en el partido.
Ruckauf no comete el error de su predecesor y enhebra acuerdos en cada provincia. Duhalde desdeñó al peronismo del interior, y así le fue. Con criterio, la mayoría del peronismo mira qué suerte pueden depararle al gobierno las consecuencias del blindaje y su ímpetu actual, pero pronto dibujará su estrategia para octubre. Menem piensa zafar del embate de Duhalde con el simple razonamiento de bendecir desde su sitial, lo que haga cada gobernador o cacique provincial, aunque puede enredarse en la interna porteña.
Cuanto más cerca está la retórica de las realidades positivas, menos influencia tiene en las ideas, y más se aleja de las realidades prácticas.