Santiago. - El general retirado Augusto Pinochet fue hospitalizado ayer por una transitoria falta de riego sanguíneo al cerebro, en vísperas de una resolución judicial que decidirá si será procesado por las 57 ejecuciones y 18 secuestros de la Caravana de la Muerte, en 1973. Pinochet fue conducido velozmente hasta el Hospital Militar, donde descendió dificultosamente de su automóvil blindado, ayudado por sus guardaespaldas, e ingresó al recinto en silla de ruedas. El ex dictador permanece internado en observación.
Un breve comunicado del hospital expresó que el diagnóstico preliminar es un "episodio isquémico", que significa una falta de irrigación sanguínea en este caso al cerebro. La nota agrega que el general está en la Unidad de Cuidados Intensivos y su alta o permanencia en el centro médico dependerá de la evolución.
Los médicos castrenses añadieron que Pinochet tuvo un "ligero compromiso de conciencia, transitorio" y que presenta una "discreta pérdida de fuerzas en su lado izquierdo y la persistencia de un cuadro congestivo con retención hídrica". El doctor Sergio Ferrer, jefe de neurocirugía del hospital castrense, confirmó el episodio isquémico, pero agregó que Pinochet evoluciona positivamente, según Radio Chilena.
Izurieta en el hospital
El comandante en jefe del ejército, general Ricardo Izurieta, llegó rápidamente al hospital para informarse de la salud de su antecesor. Aunque las hospitalizaciones de Pinochet son habituales, nunca había acudido el actual jefe castrense. La esposa y los hijos de Pinochet también acudieron al hospital.
Al retirarse, la hija menor del ex dictador, Lucía Pinochet Hiriart, culpó de la enfermedad de su padre a sus adversarios políticos. "Esto es resultado de la persecución que ha habido todo este tiempo. Nosotros como familia rogamos a Dios y perdonamos el daño que nos están haciendo", aseveró la hija del ex dictador chileno.
Pinochet, de 85 años, tiene demencia vascular subcortical, por la rotura de vasos sanguíneos en la cabeza a causa de micro infartos que se iniciaron hace un par de años. También sufre una avanzada diabetes, usa marcapasos y tiene artrosis en una rodilla. El ex dictador se encontraba descansando en su residencia de reposo de Los Boldos, 140 kilómetros al noroeste de Santiago, donde esperaba la vital resolución del juez Juan Guzmán, que lo investiga por los 75 crímenes cometidos por la Caravana de la Muerte.
La defensa del veterano general se aferra a los resultados de los exámenes psiquiátricos y neurológicos que establecieron la demencia vascular de Pinochet para salvarlo del juicio. La ley chilena sólo exime de procesos a los locos o dementes, pero como su antigüedad supera un siglo, no establece tipos ni grados de demencia.
La última vez que Pinochet fue internado en este recinto a causa de su estado de salud fue el 21 de diciembre pasado, aquejado de una descompensación de la presión arterial. Este centro asistencial fue precisamente el lugar designado por los tribunales donde se sometió hace dos semanas a un chequeo médico para determinar si está en condiciones mentales y neurológicas de afrontar un juicio. Los resultados arrojaron que el octogenario militar padece demencia vascular subcortical, lo que definido como una demencia de "leve a moderada".
Ahora, sólo el juez especial Juan Guzmán deberá decidir si las condiciones mentales y neurológicas de Pinochet le permiten ser sometido a proceso, o si es necesario sobreseerlo del proceso por el caso Caravana de la Muerte.
No es una estrategia
El director de la Fundación Augusto Pinochet, general retirado Luis Cortés Villa, aseguró que la hospitalización del ex dictador no es una táctica para presionar al juez especial Juan Guzmán, quien debería decidir a partir del próximo lunes si lo procesa o lo excusa por razones de salud mental. El general retirado Cortés Villa dijo que lo ocurrido se debe al stress al que está siendo sometido el ex dictador por el proceso judicial que enfrenta. "Esta situación lo está tensionando y lo está perjudicando", aseveró.
Cortes Villa aseguró que Pinochet no intenta evadir a la justicia y que no se está en presencia de ninguna estrategia, ya que -dijo- éste quiere colaborar con los tribunales. Enfatizó que la mala salud de Pinochet lo inhabilita para ser procesado y que sin embargo fue interrogado por el juez Guzmán, en tácita crítica al magistrado.
El primogénito del ex dictador, Augusto Pinochet Hiriart, declaró a Radio Cooperativa de Santiago que este episodio de salud no sería considerado por el juez Guzmán para eximirlo de un proceso, ya que -argumentó- en el pasado tampoco respetó su condición física ni sus años.
A partir de la próxima semana, el jurista debería decidir si sobresee a Pinochet por razones de salud psicológica o si lo procesa en torno al caso Caravana de la Muerte.