Desde la placidez de una excursión en un velero pequeño hasta la adrenalina vertida en una bajada en rafting, los ríos y lagos que rodean Bariloche convocan con distintos matices a disfrutar a pleno de las actividades del verano. La topografía escarpada de la cordillera y sus cursos de agua son ideales para los vertiginosos descensos en canoas o gomones, mientras que el lago Nahuel Huapi ofrece una diversidad de condiciones climáticas que lo hacen apto tanto para el remo como para la práctica de los deportes de vela, entre ellos el windsurf.
Los vientos constantes de la Patagonia son una fuente inagotable para este deporte. De hecho, hace dos semanas se corrió la tercera edición del Bariloche classic, la semana internacional de windsurf que ya está considerada como el mejor certamen argentino de esa especialidad.
Los organizadores de ese torneo que convoca a los mejores del mundo en la materia tienen en Bariloche su escuela de windsurf.
Tommy Djapic, además de figurar siempre entre los primeros puestos en ése y otros certámenes, y de viajar todos los años a Hawai (capital mundial del windsurf) para entrenarse, es un apasionado de la difusión de la especialidad.
Junto a su hermano Ricky montó la escuela junto al varadero de Parques Nacionales, donde edificó una guardería en la que ofrece clases, asesoramiento y alquiler de equipos.
Djapic explicó que "en una hora, con el lago tranquilo, los principiantes ya se manejan solos. Al comienzo conviene que sólo haya brisa, pero en poco más de una semana ya pueden navegar con fuertes vientos".
Esta actividad se enseña a niños desde 8 años y el aspecto de seguridad está absolutamente cubierto. "Todos aprenden en días tranquilos y cerca de la costa, y además el traje de neoprene funciona como salvavidas" dijo Djapic.
Con el kayak a cuestas
Otra de las opciones del Nahuel Huapi es el remo y al respecto cabe decir que para los muchos turistas y residentes que bajan a las playas con el kayak propio, el Club de Regatas Bariloche ofrece un marco ideal para el aprendizaje.
Enclavado en una bahía que durante casi todo el año está en calma, la entidad que prohijó grandes deportistas argentinos como María Julia Garisoaín o Francisco Pfaab, invita a aprender a remar en diversas categorías.
La más frecuente es la de los botes de paseo, que además del ejercicio permite un atractivo paseo para un invitado, que puede hacer de timonel o simplemente dejarse llevar por el remero.
Otra categoría es la de los botes clinker, que están entre los de competición y de paseo. Finalmente están las categorías de competición puramente dichas, que en algunos casos también se ofrecen como opción a quienes tienen al remo como un hobby.
Estas actividades son mayormente pensadas para residentes socios, pero debido a una costumbre de cooperación existente entre clubes de regatas, todo lo que tiene el de Bariloche está a disposición de socios de otras entidades de la especialidad: basta el carnet al día para disfrutar sin pagar en el Nahuel Huapi.
En la bahía Serena existe una escuela de vela ligera y botes para alquilar, entre ellos dos flamantes catamaranes y botes Optimist y Laser (las categorías iniciales). Juan Locatelli, director de la escuela, señaló que todos los días se dictan cursos para cualquiera de esas disciplinas.
En el caso de los catamaranes la enseñanza es especializada y el aprendizaje es rápido. "Esos botes son muy interesantes, porque andan muy rápido y son seguros. La gente aprende rápido y se entusiasma mucho", dijo Locatelli.
Gomones vertiginosos
Las actividades en ríos de cordillera le aportan al deporte náutico un condimento de aventura muy especial: el río Manso, a unos 90 kilómetros al sur de Bariloche, concentran siete prestadores de distintas disciplinas.
Ignacio Bustamante, uno de ellos, describió las excursiones que se ofrecen. "La más solicitada es el rafting, que consiste en la bajada del río en dirección a la frontera con Chile", dijo.
Se trata de una opción en la que el organizador provee todo el equipo (obviamente el bote, salvavidas, traje de neoprene, casco y demás), lleva a la gente hasta el lugar, le da desayuno y comida, una charla introductoria y lo saca al agua.
Bustamante describió que el rafting produce "mucha adrenalina" y es a la vez muy seguro. "Todo lo que se hace está bajo normas de seguridad internacionales y es vigilado por Parques Nacionales y Prefectura Naval, así que sólo hay que divertirse", agregó.
En cuanto al canyoning, explicó que es la bajada de los ríos sin bote alguno, a nado, e incluye movimientos en rappel y tirolesa (con cuerdas y roldanas), caminatas y demás actividades.
Ismael Páez Britos, otro de los prestadores del Manso y también del río Azul, cerca de El Bolsón, ofrece paseos más simples, para la familia entera, que se traduce en "flotadas", que son descensos más apacibles y con menor grado de dificultad.
A los paquetes aún más amplios de turismo aventura se les agregan paseos de trekking en montañas de la región de los lagos, y salidas a Chile.