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Descuento en la jubilación

La vejez es el último tramo de la vida. Los países orientales la veneran con gran respeto, además del cuidado amoroso y atento que esa edad requiere. Juan Pablo II es en Occidente un ejemplo. En nuestra querida provincia de Santa Fe, mientras funcionarios de distintos estamentos y categorías cobran sueldos desmedidos, los jubilados que ganan más de $500 desde octubre de 1999, ven descontados sus ingresos en un porcentaje bastante elevado. Obvio que en ese grupo hay cargos políticos enganchados, muertos que cobran, acomodados, etcétera, pero también estamos los que concursaron, esperaron escalafones y que llegamos a esa jubilación, de $500, intentando estar al día con los impuestos, atender a la salud, que va decreciendo al solo efecto de llegar al trance final con calidad de vida. De ese sueldo restamos para la casa que también sufre el peso de los años, tal vez hacer algún viajecito del centro de jubilados, reemplazar algún electrodoméstico, pagar a alguien que ayude de vez en cuando en las tareas domésticas a estas manos pesadas por la artrosis. Es probable que algún político lea esta carta, que es un llamado a la justicia para rever esta medida y en último caso separar los cargos sin méritos de quienes por esfuerzo y mérito llegaron a esto.
Belkiss Carré