Dos triunfos y una derrota ajustada fue el saldo que dejó la presentación de Los Pumas en la jornada inaugural de la tercera Copa Mundial de Seven que se desarrolla en la ciudad de Mar del Plata. El seleccionado argentino superó claramente a sus dos primeros rivales (Rusia y Corea) y cayó dignamente ante el último campeón del mundo, Fidji. De esta manera los argentinos todavía conservan las chances de clasificar para disputar la Copa de Oro (acceden los dos primeros de cada grupo), si hoy logran superar a Irlanda y Kenya. Para Argentina el primer partido fue como un paseo en el que le ganó a Rusia por 42 a 7. El equipo tuvo un buen control de la pelota y la capacidad de los jugadores que conduce Gonzalo Albarracín fue manifiesta. Podría decirse que cada vez que los dueños de casa aceleraron y buscaron los huecos, no tuvieron que esforzarse mucho para quebrar la endeble defensa rusa. En el debut, Argentina mostró todos los atributos que se necesitan para jugar en esta especialidad: habilidad e ingenio, orden, velocidad y definición. Pero el rival no era un parámetro calificado. Además, el rendimiento colectivo argentino funcionó bien, algo que representaba uno de los mayores temores de los entrenadores. En el segundo turno, contra Corea, Argentina sufrió más de la cuenta. Y esto ocurrió porque fundamentalmente tuvo muchos problemas a la hora de marcar, sobre todo en el centro de la cancha. En este caso, si el combinado nacional ganó fue porque el peso de sus individualidades estableció la real diferencia que existe entre los dos conjuntos. Evidentemente el rendimiento argentino no fue el mismo de la presentación anterior. El juego de los locales se notó muy impreciso y al equipo se lo pudo ver algo nervioso, lo que conspiró en varios pasajes contra las intenciones de obtener otra victoria que finalmente consiguió por 27 a 14. En el encuentro que todos esperaban, Argentina, a pesar de caer ante Fidji por 19 a 12, lavó la imagen que había dejado ante Corea y nuevamente con el equipo titular en la cancha realizó un muy buen trabajo colectivo. Fidji se presentaba como la prueba de fuego para el equipo nacional. Y a pesar de que perdió en el marcador, Los Pumas demostraron que están en condiciones de enfrentar, de igual a igual, al campeón del mundo. En definitiva errores muy bien capitalizados por Fidji fueron los que marcaron la diferencia. Hoy el seleccionado argentino tiene que disputar dos partidos. En primer término enfrentará a Irlanda a las 17 y luego, a las 21,40, hará lo propio con Kenya. Con esos encuentros el equipo finalizará la etapa clasificatoria y dependiendo de esos resultados se verá si tiene la posibilidad de acceder a la Copa de Oro para pelear por el título.
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