Año CXXXIV
 Nº 49.010
Rosario,
sábado  27 de
enero de 2001
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El equipo de José Pekerman perdía 2 a 0 con Chile y jugaba con dos menos. Empató y hasta pudo ganar
El sub 20 y un empate con sabor a triunfo
Mauro Rosales, la gran figura de la cancha, y el chileno Berrios en contra obraron el milagro

El seleccionado argentino Sub 20 apeló anoche a su orgullo y su capital futbolístico para conseguir un 2 a 2 con sabor a hazaña ante Chile, en la 2ª fecha del hexagonal final del torneo Sudamericano, pese a jugar durante casi todo el segundo tiempo con dos hombres menos.
La capacidad de desequilibrio de Mauro Rosales y la actitud colectiva para acorralar a un rival timorato, le significaron al equipo albiceleste un empate con ribetes heróicos que, con un poco más de fortuna, hubiera sido un triunfo.
El propio Rosales y Mario Berríos, en contra, marcaron las conquistas argentinas, en el segundo tiempo, cuando ya se jugaba con nueve por las expulsiones de Nicolás Burdisso, en el final del primer tiempo, y Matías Lequi, en el inicio del complemento.
El equilibrio fue el rasgo dominante en el primer tramo del partido, ya que Argentina, si bien por momentos se adueñó de la pelota, no tuvo claridad en el mediocampo.
Chile consiguió a los 14' la apertura, cuando Droguett desbordó a Rivero y sacó un remate cruzado que se metió sobre el palo izquierdo del arquero Caballero.
Argentina, con serenidad, pero sin ideas, buscó la igualdad, pero trasladó mucho la pelota en el mediocampo y no encontró el camino para vulnerar la defensa rival.
Una de las mejores ocasiones la tuvo a los 21': Domínguez, desde el sector derecho, conectó un disparo cruzado que el arquero Herrera alcanzó a desviar al córner.
La falta de fútbol del equipo albiceleste decidió a Pekerman a realizar una temprana variante: el decisivo ingreso de Rosales en lugar de De Muner para animar a la ofensiva del equipo.
Chile mostró inteligencia, manejó bien los tiempos en el mediocampo y jugó con los nervios de su rival.
El desenlace del primer tiempo fue accidentado y desfavorable para Argentina: a los 43', el árbitro colombiano Wilmar Barahona -de mala actuación- expulsó a Burdisso al confundirlo con Coloccini, que le tiró un cachetazo a Mario Salgado.
Como consecuencia de esa acción, Valdez marcó el segundo con un tiro libre, mientras Caballero se quedó clavado en el arco, ya que, suponía, que la ejecución no era directa.
El inicio del segundo período no fue el mejor, por cierto: Lequi se fue expulsado por una infracción a destiempo sobre Salgado.
El equipo argentino intentó con nueve jugadores acercarse al arco rival, pero sin descuidar en exceso la zona defensiva.
A los 25', Rosales se escurrió entre los zagueros chilenos y elevó la esperanza argentina al descontar las cifras con un remate cruzado.
Minutos después, el mediocampista de Newell's se perdió el segundo en un mano a mano con el arquero.
El empate, finalmente, llegó a los 31', cuando Berrios se llevó por delante un centro de Diego Rivero y metió la pelota en su propio arco.
A Argentina le quedó resto para ir a buscar la victoria ante un rival que, incomprensiblemente, se defendía con dos hombres más en la cancha.
La fortuna y la ansiedad por llevarse el triunfo conspiró contra los pibes de Pekerman que, igual, terminaron confundidos en un abrazo, mientras desde las gradas bajaban los aplausos que les brindó, conmovida, la parcialidad ecuatoriana.



Rosales ingresó a los 32 y marcó el descuento parcial.
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