Yibuti.- Un yemení que se declaró partidario del presidente iraquí, Saddam Hussein, fue reducido por la tripulación tras secuestrar un avión de Yemen con 91 pasajeros a bordo, entre ellos la embajadora de Estados Unidos en ese país. Entre los pasajeros se encontraba la enviada diplomática de Estados Unidos, Barbara Bodine, y varios agregados militares y políticos de la embajada estadounidense en Sanaa -capital yemení-, junto con el protocolo oficial de la oficina del presidente de Yemen, Abdullah Saleh. La tripulación estaba formada por 11 miembros.
El piloto, Amer Anis, expresó que el secuestrador, armado con una pistola, amenazó con hacer explotar el Boeing727 si el vuelo no se desviaba a Bagdad, que se encuentra bajo un embargo de la ONU desde la invasión iraquí a Kuwait en 1990. "Lo persuadimos con dificultades de aterrizar en Yibuti para reponer combustible. Una vez allí, conseguí que casi todos los pasajeros bajaran del avión por la salida de emergencia", aseguró Anis.
Volar a Bagdad
El ministro del Interior de Djibouti, Abdallah Abdillahi Miguil, expresó que el secuestrador accedió a liberar a todos los pasajeros poco después de aterrizar en Djibouti para reabastecer combustible, pero mantuvo como rehenes a cuatro miembros de la tripulación, entre ellos el piloto. Previamente, un funcionario del aeropuerto había dicho que el secuestrador portaba un arma y que el ingeniero de vuelo resultó herido en una mano. "Se hicieron dos disparos al aire, pero el resto de los pasajeros y de la tripulación están a salvo", dijo.
Anis indicó que el secuestrador era un yemení de unos 40 años. Varios testigos dijeron que había amenazado con hacer estallar una maleta llena de explosivos. Los funcionarios estadounidenses y yemeníes a bordo del avión secuestrado debían reunirse con el presidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh, quien envió un avión especial para transportarlos a Sanaa.
Ambos grupos tenían previsto unirse al general Franks, quien sostuvo conversaciones con Saleh en Taiz sobre cooperación militar y la investigación del aparente atentado suicida con bomba contra el destructor USSCole, que cobró la vida de 17 marinos estadounidenses el 12 de octubre del año pasado. Funcionarios de Yemen dijeron que Franks agradeció a Saleh su "excelente cooperación" en la investigación del atentado y que Estados Unidos estaba ansioso de desarrollar lazos bilaterales y de cooperación con Yemen.