Crece la aceptación de terapias complementarias

Cada vez es más común la inclusión de terapias alternativas, complementarias o de integración en el manejo de enfermos con determinadas entidades patológicas. Asimismo, en dos estudios recientes se documenta que la mayoría de los médicos refirió haber derivado a enfermos a alguna de estas modalidades de terapia.
El dolor, de elevada prevalencia en la población general, parece ser uno de los determinantes primarios de empleo de estas estrategias. Con el propósito de conocer la tendencia entre los especialistas dedicados al tratamiento de ese síntoma, los doctores B. Berman y B. Bausell (Kernan Hospital Mansion, Baltimore) evaluaron cuál era la posición en relación con terapias no farmacológicas destinadas al alivio del dolor.
En1997 fueron seleccionados, en forma alcatoria, 732 profesionales a partir de la Lista de Miembros de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor. Los aspectos básicos del cuestionario enviado a los expertos evaluaban si el profesional conocía lo suficiente acerca de terapias no farmacológicas para discutirlas con sus pacientes, su opinión sobre si eran opciones legítimas de tratamiento y su aplicación por ellos mismos o mediante derivación. Se observaron amplias diferencias con respecto a la aplicación clínica de las distintas alternativas.
El 8 1 % refirió haber aconsejado alguna vez psicoterapia mientras que sólo el 4% usó o derivó enfermos para aplicación de Qí Gong o aromaterapia. Psicoterapia, aplicaciones electromagnéticas, ejercicios, acupuntura y retroalimentación fueron las propuestas más mencionadas.
La mayoría consideró saber lo suficiente de ellas y las reconoció como práctica legítima. Por el contrario, la utilización de hierbas medicinales, homeopatía, megavitaminas, ecología clínica y terapia neural sólo fueron empleadas directa o indirectamente por menos del 20% de los profesionales que respondieron el interrogatorio.
En particular, estos especialistas refirieron mayor conocimiento sobre acupuntura en comparación con las demás posibilidades. Sin embargo, también fue notoria la indicación de psicoterapia, aplicaciones electromagnéticas y ejercicios. A pesar del bajo índice de respuesta, los resultados obtenidos muestran una tendencia hacia la mayor aceptación de estas estrategias de tratamiento.
La investigación reflejó una mayor flexibilidad de los profesionales en el momento de considerar alguna de estas propuestas no farmacológicas aplicadas al alivio del dolor. Si bien hay opiniones diversas en cuanto a lo apropiado de algunas de ellas, el hecho es que la concepción general parece estar modificándose notablemente.