Santa Fe. - Comunas ubicadas al este de Rafaela se levantaron en pie de guerra frente a la contaminación sufrida por la cañada de Flesia y los arroyos Las Prusianas y Cululú como consecuencia de la actividad industrial desarrollada en esa ciudad. En este sentido, mañana en Humboldt se reunirán autoridades de nueve localidades con el subsecretario de Medio Ambiente de la provincia, Lorenzo Domínguez, para analizar la situación.
En tanto, en la ciudad de Esperanza, una entidad ambientalista reafirmó la denuncia pública sobre depósitos tóxicos en un relleno sanitario, lo cual atenta contra la calidad del agua.
Los problemas ambientales que la contaminación está ocasionando en una amplia región de la cuenca lechera santafesina, particularmente en la zona de Rafaela y Esperanza, se han convertido en motivo de profunda preocupación. Es que se trata de una las zonas de mayor desarrollo y potencial económico de la provincia pero, evidentemente, está sufriendo los efectos del descontrol estatal que sobre la cuestión ecológica imperó por años.
Este problema ha sido el factor determinante para que los gobiernos comunales de Bella Italia, Aurelia, Pilar, Nuevo Torino, Felicia, Humboldt, Grutly, Colonia Rivadavia y Cavour -al este de Rafaela- decidieran movilizarse ante la contaminación que azota a la cañada de Flesia y a los arroyos Las Prusianas y Cululú, de lo cual son responsables las industrias de Rafaela que vierten sus efluentes tóxicos a los canales norte y sur.
Esta situación es la causa de la convocatoria programada para mañana en Humboldt, cuando se encuentren jefes comunales y representantes de entidades intermedias de la región con el titular provincial de Medio Ambiente y un director de esa repartición, Aníbal Vázquez. Durante el encuentro se analizará asimismo la situación ambiental de toda la región.
En principio, la subsecretaría reconoció la existencia de esta problemática y también anticipó que se realizan estudios para conocer los distintos niveles de contaminación. Sin embargo, en los preliminares que dio a conocer La Capital algunas semanas atrás ya se advierten los altos niveles de contaminación tanto en la cañada de Flesia -continuidad del canal norte de Rafaela- como en el arroyo Las Prusianas, donde deriva el canal sur.
Además, el presidente comunal de Humboldt admitió recientemente, en declaraciones a un diario rafaelino, conocer estos estudios. Sostuvo que en el caso de la cañada de Flesia los niveles son "terroríficos", debiéndose recordar que tanto allí como en Las Prusianas no existe vida biológica, como consecuencia de la excesiva presencia de tanino y cromo en sus aguas.
Crecimiento sin control
El crecimiento de la actividad industrial en toda la zona no estuvo seguida de una política de control destinado a la preservación del medio ambiente y la ausencia de un poder de policía que permita la intervención de las autoridades derivó en el volcamiento de efluentes sin ningún tipo de tratamiento a los desagües.
En Rafaela no son menores las preocupaciones ya que en esta zona recién están en proyecto las plantas de tratamiento o a la sumo están en plena construcción, y esto se pone en evidencia por los efectos devastadores que sobre el medio ha provocado por décadas la contaminación.
Y si bien en Rafaela aún no existen las plantas de tratamiento de efluentes, la que funciona en Esperanza deja algunas respecto de su efectividad. Sucede que se siguen apareciendo casos como el denunciado por la entidad ambientalista Vivir, sobre la aparición de residuos tóxicos en un relleno sanitario, hecho que podría estar afectando una reserva de agua potable.
En este sentido, una asesora de la organziación, Lidia Alhaus, reiteró la denuncia sobre depósitos de residuos tóxicos en el relleno sanitario de Esperanza y el pedido ante la Justicia para que se detengan esos volcamientos de la curtiembre Sadesa.
"Esos residuos -sostuvo la asesora de Vivir- están envasados en bolsas que son susceptibles de permitir el paso de los lixiviados, es decir, los líquidos que de estos residuos se desprenden. Si esta sustancia está contaminada con cromo, estaría incorporándose directamente a la napa ya que no existen las condiciones mínimas como para evitarlo".