Año 49.007
 Nº CXXXIV
Rosario,
miércoles  24 de
enero de 2001
Min 20°
Máx 30°
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Para la Municipalidad, es difícil controlar a los cuidacoches
Siguen cobrando para estacionar en lugares públicos y gratuitos
El director de Control Urbano afirma que es delito exigir compulsivamente una tarifa. El automovilista, indefenso

Pedro Squillaci

"El cuidacoches que exige que le paguen una tarifa está incurriendo en un delito. Pero es una actividad muy difícil de punir", dijo ayer a La Capital el director de Control Urbano de la Municipalidad de Rosario, Ubaldo Modarelli. En la misma sintonía, una alta fuente policial aseguró que el que pide "compulsivamente" dinero para cuidar un vehículo y carece de autorización constituye una "figura de extorsión". Los directamente afectados -los automovilistas- no están de acuerdo con que haya cuidadores en espacios públicos y gratuitos (ver aparte), y la mayoría sostiene que temen la represalia cuando se niegan a dejar propina. Mientras tanto, los cuidacoches siguen ganando terreno en toda la ciudad.
El domingo pasado La Capital publicó un informe que da cuenta sobre el negocio de los cuidacoches en Rosario. A partir de allí se generó un debate sobre legislar o no una actividad que a priori es ilegal. Incluso dos concejales, José Giani (Frente Grande) y Jorge Boasso (Convergencia Radical), aprovecharon para reclamar apoyo a sendos proyectos suyos que pretenden blanquear esta actividad. Sin embargo los automovilistas reclaman que se erradique definitivamente esta situación de acoso a la que se ven sometidos cada vez que quieren estacionar en lugares gratuitos.
Modarelli destacó que "es una actividad muy particular que se asimila mucho al caso de los cirujas. Es gente que no se identifica, rotan permanentemente, y como no hay una ordenanza que regule su funcionamiento es muy difícil actuar punitivamente sobre ellos".
El funcionario insistió con la necesidad de pedir auxilio para solucionar el problema. "La competencia que tiene la Municipalidad es sobre el objeto o la actividad, pero no sobre la persona. Por eso el poder de policía que tenemos no alcanza para esta problemática. Distinto es en Buenos Aires donde hay un código contravencional y esta actividad constituye una contravención. Aquí es necesario actuar en conjunto con la policía para tener más eficacia en nuestro trabajo", sostuvo.
El director de Control Urbano recalcó que la actividad de los cuidacoches "es pasible de un delito", y destacó que en muchas oportunidades les llegan denuncias de automovilistas a la repartición que se quejan porque sufrieron rayaduras en sus vehículos tras haberse negado a pagar la tarifa.
Modarelli no estuvo de acuerdo con que el oficio de cuidacoches sea habilitado por la Municipalidad. "Se haría difícil desde lo jurídico, porque ante el primer rayón tendríamos un caudal importante de causas contra el municipio", consideró.
En algunos lugares, como la zona de los balnearios que va desde avenida Puccio hasta Costa Alta el servicio de estacionamiento está regulado por la Municipalidad. Allí, personal de la Secretaría de Promoción Social cobra dos pesos la estadía y los automovilistas pueden dejar su coche por el tiempo que quieran. "El dinero va para una institución de beneficencia y nunca hubo problemas con la gente. De todos modos, la Municipalidad no se hace cargo si falta algo del auto o está rayado, como tampoco se hacen cargo en una playa de estacionamiento privada, donde se paga mucho más", dijo Modarelli.

La inacción policial
Una fuente policial que pidió reserva indicó a este diario que cuando se raya un vehículo es un delito de daño y cuando los cuidacoches obligan a una persona a hacer algo contra su voluntad están constituyendo una figura de extorsión.
De todos modos, pese a admitir que estos casos son muy conocidos en la ciudad, dijo que "comprobar las faltas sería muy complicado y no lo tomarían en ningún juzgado porque no lo pueden encuadrar legalmente". La fuente consideró que "se podrían hacer cincuenta infracciones pero de ahí a que un juez lo condene se hace improbable. Además no se puede obligar a que un cuidacoches trabaje con autorización cuando esa actividad no está habilitada en la Municipalidad".
La difícil situación social es un factor que no escapó de este análisis: "Ante casos en que se le ha prohibido a gente que cobre estacionamiento en espacios públicos muchas veces nos encontramos con respuestas como "qué querés, que vaya a robar".


Diario La Capital todos los derechos reservados