Año CXXXIV
 Nº 49.005
Rosario,
lunes  22 de
enero de 2001
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Dos proyectos para regular la actividad buscan apoyo
Los concejales polemizan por la reglamentación de los cuidacoches
Boasso, Giani, Rimoli y Monti están a favor de que la Municipalidad los controle. Lamberto se opone

Pedro Squillaci

La necesidad de reglamentar o prohibir el trabajo de los cuidacoches en la ciudad es eje de una polémica que empieza a rodar. Cinco concejales de distintos bloques dieron puntos de vista diferentes acerca de esta situación, aunque con algunas coincidencias. Mientras Jorge Boasso (Convergencia radical), Juan José Giani (Frente Grande), María Cristina Rimoli (Partido del Progreso Social) y Evaristo Monti (Bloque Peronista) sostienen que la Municipalidad debería reglamentar esta actividad, el oficialista Raúl Lamberto se opone: "No se puede reglamentar una actividad irregular. Si se normatiza este trabajo, el municipio tomaría una responsabilidad ilimitada".
En la edición de ayer de La Capital salieron a la luz algunos pormenores del oficio de los cuidacoches. Por ejemplo, que la recaudación mensual en la zona de las disco y la estación Fluvial trepa a los diez mil pesos mensuales, y que la contribución voluntaria en muchos casos es algo parecido a "pagá o te rompo el auto".
Boasso asegura ser el primer concejal que hizo un proyecto "para reordenar esta problemática social". Fue hace casi cinco años y nunca contó con el apoyo de los bloques. La idea es la creación de un "registro libre de cuidadores de autos", que les daría identificación a través de una credencial con foto y un pago librado al bosillo del automovilista. La Municipalidad sólo les exigiría a los cuidadores un certificado de buena conducta y sus datos personales. "Esto permitiría reglamentar la actividad y no reprimirla. La gente sabría así a quién reclamarle si le sucediera algo a su coche", dijo el edil.
Giani propone que los cuidadores dependan directamente del sistema de estacionamiento medido. O sea, que los fondos para solventar el "cuerpo municipal de vigiladores vehiculares" surja del canon que mensualmente debe abonar la concesionaria del nuevo sistema de estacionamiento medido. "La idea es que lo que proviene del tránsito vuelva al tránsito en un beneficio para los conductores", dijo. El proyecto, presentado el año pasado, plantea un vigilador por cuadra en la zona del macrocentro, de lunes a sábado, de 8 a 20, en dos turnos.
Lamberto está totalmente en contra de que la Municipalidad tercie entre los cuidacoches y los automovilistas. "No se puede normatizar una actividad irregular. Fundamentalmente porque nunca se sabe donde termina la responsabilidad del municipio", afirmó el concejal oficialista, quien además temió que el marco normatizador les dé margen a los cuidacoches para que exijan relación de dependencia con la Municipalidad. "Más que reglamentar la actividad sería mejor que hubiera trabajo para todos", concluyó.
Monti está de acuerdo con que se identifiquen los cuidacoches pero no acepta que se les prohíba su actividad. "No creo que sean una mafia. Yo conozco algunos que son unos tipos humildes y macanudos. Forman parte de una proliferación de actividades improductivas (abrepuertas o limpiacoches) que son parte del paisaje, y que a ellos les sirve para ganar un peso", dijo el concejal.
La pepesista Rimoli vio muy difícil que sea factible regular la función de los cuidacoches, primero "porque son muchos y nunca son los mismos" y segundo porque "el oficialismo siempre se opuso a registrarlos porque les insume costos". Rimoli embistió contra los cuidadores porque "hay que pagarles por nada. ¿O alguien se hace responsable si el auto aparece rayado o te roban el estéreo?"



Los cuidacoches cobran una contribución voluntaria.
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