Santa Fe.- El asesinato a balazos de Alberto Pablo Meriles, de 26 años, en su propia casa y ante los ojos azorados de su hijo de 7 años y de su esposa, conmocionó ayer a la mañana al populoso barrio San Lorenzo, en el suroeste de esta ciudad.
Meriles fue prácticamente ejecutado por dos jóvenes que poco después de las 8 de la mañana ingresaron a su domicilio de San José al 1000. Los asaltantes, luego de romper la cerradura de la casa a los tiros fueron hasta el dormitorio del muchacho -que en esos momentos compartía el sueño junto a su mujer y su pequeño hijo- y lo acribillaron de seis balazos.
La tremenda escena fue observada por la esposa y el hijo de Meriles, quienes quedaron aterrados e inmóviles por la rápida acción de los asesinos que le dispararon al muchacho todo el cargador de un revólver calibre 38 cuyas balas impactaron en la espalda y las piernas de la víctima.
Anoche, efectivos de la Unidad Regional I daban por descontada la detención de los asesinos, quienes aparentemente eran conocidos de la víctima y que actuaron a cara descubierta, desplazándose aparentemente en un auto que fue observado horas antes por la zona aunque ninguno de los vecinos quiso aportar datos que agilicen la investigación.
En barrio Pompeya
Otro violento crimen ocurrió en barrio Pompeya, al norte de la ciudad, donde policías de la subcomisaría 11º hallaron el cadáver de Javier Cabrera, de 20 años, en las cercanías de pasaje Díaz y Azcuénaga.
Cabrera murió al recibir una perdigonada de pistolón en la espalda disparada por uno de los dos o tres muchachos con quienes previamente había estado discutiendo.
En este caso, la policía detuvo a tres jóvenes, dos de 20 y uno de 24 años, aunque en esferas del juzgado de Instrucción en turno se estimaba que por lo menos dos de los tres detenidos no estarían relacionados con el crimen.
Los dos homicidios son investigados por el juez de Instrucción en turno, Eduardo Giovannini quien determinó se realicen las autopsias correspondientes a los dos jóvenes asesinados.