Año CXXXIV
 Nº 49.005
Rosario,
lunes  22 de
enero de 2001
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Una pesadilla de trabas burocráticas por intentar impedir una usurpación
Antonio Godoy quiso impedir que intrusos tomaran su casa. Dice que fue desoído por la policía y la Justicia

"Una siniestra actitud corporativa me impidió registrar una denuncia y ahora me siento desprotegido". La frase la pronuncia Antonio Godoy, un martillero público que la tarde del sábado quiso impedir que una casa de su propiedad fuera usurpada y que, al intentar presentar el hecho en una comisaría y en los Tribunales, sólo halló problemas y negativas.
La historia de Godoy se remonta a octubre del año pasado cuando los cuidadores de su casa de Crespo 2946 le comunicaron que dos hombres jóvenes habían violentado una puerta y desmantelado el baño. "Se llevaron todo, hasta las cañerías", recordó el martillero. En aquella oportunidad, Godoy dejó asentada la denuncia por violación de propiedad y robo en la comisaría 13ª desde donde nunca lo volvieron a citar. "Jamás me llamaron, nunca hubo imputados ni detenidos y desconozco si derivaron las actuaciones al juzgado correspondiente porque desde los Tribunales tampoco me citaron, ni siquiera para ratificar la denuncia", explicó.
Desde entonces hasta el sábado todo estuvo tranquilo para Godoy. "Es una casa que necesita algunas refacciones y hasta ahora nunca tuve el dinero para hacerlas y poner la vivienda en condiciones para alquilarla", justificó el martillero a la hora de hablar sobre el inmueble desocupado.
Pero anteayer, poco antes de las 19.30, un llamado telefónico alertó lo alertó. "Antonio, hay un grupo de muchachos que quiere meterse en tu casa y llegó con una camioneta cargada de muebles", le dijo un vecino solidario.
Rápidamente Godoy dio aviso al Comando Radioeléctrico y se fue para la casa de calle Crespo. Al arribar se encontró con "seis muchachos, de entre 20 y 30 años, arriba de una pick up cargada de muebles y con intenciones de barretar la puerta de entrada", dijo el hombre.
"Fue un momento muy tenso el que tuve que vivir", contó Godoy. "Después que les pregunté que querían hacer -al presunto grupo de usurpadores- me increparon, me dijeron que me iban a volar los sesos, y amenazaron con sacar armas", recordó. En esos momentos un móvil del Comando Radioeléctrico pasó por el lugar pero no se detuvo y minutos más tarde, "el móvil 2150" llegó y esta vez los policías bajaron del auto.
Godoy les presentó la situación a los agentes, les mostró los papeles que acreditan ser propietario de la vivienda y les solicitó "que detuvieran a los muchachos por amenazas e intento de usurpación. Sin embargo la respuesta fue pedirme que me identifique, hacer tiempo para que la pick up y los jóvenes se fueran del lugar sin siquiera tomarles los datos y ordenarme que vaya a la comisaría 13ª para radicar la denuncia".

Un periplo sin respuestas
Al llegar a la comisaría Godoy encontró "buena predisposición de los agentes hasta que quise denunciar la inacción de los integrantes del Comando Radioeléctrico que habían presenciado el episodio frente a mi casa. Entonces una oficial que me atendía no quiso escribir lo que le decía y desnudó una actitud corporativa de encubrimiento hacia sus pares", dijo el martillero.
Ante eso, un oficial de guardia le sugirió a Godoy que acudiera a los Tribunales. Hacia allí fue el hombre y se encontró con otro problema. "Un suboficial de apellido Virgini, a cargo de la guardia, me dijo que en esos momentos (las 20.45 del sábado) no había ningún fiscal ni juez de turno. Seguramente le hablaron desde la comisaría para anticiparle mi presencia", dedujo Godoy. "Sólo me dijo que vaya a Judiciales de la policía para radicar la presentación".
"Imaginese mi temor. Los muchachos no sólo pretendieron ingresar a mi casa, también me amenazaron a mí, a mi familia y me dijeron que me iban a buscar para matarme" recordó Godoy. "La única respuesta que obtuve del suboficial fue que desde la seccional 13ª le dijeron que yo no quise firmar la denuncia, algo que es mentira porque yo no voy a firmar algo que no dije, y que en el Tribunal no había nadie para atenderme".
"A todo eso, ya eran las 23 del sábado y yo seguía sin encontrar la protección y la seguridad que necesitaba. Encima, anoche tocaron 11 veces el timbre de mi casa amedrentandome a mí y a mi mujer" dijo Godoy quien concluyó: "Quizás mañana (por hoy) alguien se haga eco de esta denuncia, pero hasta este momento el único Tribunal que me escuchó es La Capital".


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