| | cartas Tobas desterrados
| Supo ser en el pasado raza numerosa y fuerte, hasta que el blanco llegó, entonces cambió su suerte. No pudieron demostrar que eran legítimos dueños de la tierra que habitaron sus ancestros por milenios. Debieron dejar sus tierras con la bronca perdurable. Viven en casitas de lugares muy remotos. A muchos de ellos los atrajo la ciudad de Rosario con promesas de trabajo para ganar su pan diario. Tengo un amigo que es toba, se llama Omar, es casado y changuea a toda hora, su familia es lo más sagrado. También en la lucha hay gente dispuesta a ayudar, junto a la hermana Jordán no se los puede olvidar. Con su aporte tan genuino y el trabajo permanente, con la ayuda del divino seguirá ayudando gente. No seamos infalibles ni miremos de costado, ayudemos en lo posible a nuestros hermanos desterrados. José Alberto Río
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