Gabriela Zinna
"Todos los días mueren personas esperando órganos" confesaron los responsables del Centro Unico de Ablación e Implante de Organos (Cudaio), Juan Carlos López Candioti y Armando Perichón, quienes además destacaron que "muchísimos operativos de ablación fracasan porque un alto porcentaje de familiares se niega a donar los órganos del ser querido que presenta un cuadro de muerte encefálica". El 2000 fue un año complicado, es que en Rosario sólo se concretaron 13 ablaciones. Un 77% de las posibles donaciones fracasaron debido a la negativa de los familiares del paciente. Cuestiones religiosas, desconfianza al sistema médico e incluso cierto resentimiento social, aprecen -según los especialistas- como las razones de la disminución en donaciones. Unos 400 pacientes conforman en la ciudad la lista de espera. Si bien las estadísticas muestran que la cantidad de operativos exitosos y de órganos procurados durante el 2000 es menor a la del 99, la cifra aumentó respecto de los años anteriores y eso alienta a los médicos a pensar que "hay una leve tendencia a donar más". Durante el 2000, en Rosario se identificaron 136 posibles donantes. El 51,5% de ellos fueron rechazados por médicos del Cuadio ya que se confirmó que los órganos no podían ser implantados en otra persona. "Rechazamos una denuncia cuando el posible donador padece cáncer, HIV, anencefalia o estuvo internado durante el último año en un instituto neuropsiquiátrico", explicó Perichón, subdirector del Cudaio. En tanto, el director provincial, López Candioti, añadió que "también son excluidos como donantes los drogadictos, las personas que se tatuaron recientemente, los individuos que viven en la promiscuidad, y los pacientes añosos". De los operativos iniciados en Rosario, sólo el 19,7% se convirtió en ablaciones. Es que los técnicos del Cudaio suelen encontrarse regularmente con la negativa de los familiares del posible donante: el 77% de las ablaciones problables se cae ante un "no" de los allegados. "Es altísimo el porcentaje de negativa familiar y es el mayor problema que tenemos que enfrentar", afirmó Perichón, quien subrayó que "la decisión de no donar los órganos de un familiar se toma por múltiples razones". El médico agregó: "A la hora de decidir, la gente tiene en cuenta cuestiones religiosas, broncas contra la sociedad, si el paciente mencionó alguna vez la posibilidad de ser o no donante o el modo en que lo trataron en el centro asistencial, entre otras cuestiones". En toda la provincia, el porcentaje de negativa familiar se mantiene en un 80%, según informó López Candioti, quien señaló además que las mayores causas de oposición son "la desconfianza de la gente en el sistema médico y en las instituciones". También apuntó que "a veces la población desconoce de qué se trata la muerte encefálica". El titular del Cudaio destacó que "sólo se pueden ablacionar los órganos si al paciente se le diagnostica la muerte clínica y siempre que se cuente con el consentimiento de los familiares". De los 13 operativos exitosos practicados en Rosario durante el 2000, nueve fueron multiorgánicos (69,2%) y en cuatro casos (30,8%) sólo pudieron extraerse las córneas ya que fueron ablaciones tras un paro cardíaco. El año pasado se extrajeron en la provincia 115 órganos (cuatro corazones, seis hígados, 26 riñones, 60 córneas, 18 corazones par válvula y un páncreas). "Según las estadísticas comparativas, el número de órganos procurados durante el 2000 fue menor al 99", confirmó López Candioti, quien añadió que "se ablacionaron 20 órganos menos". El médico santafesino señaló que "el año pasado, 96 operativos debieron ser suspendidos y en 86 casos las razones fueron la negativa de familiares". El 99 fue un año particular, en el que se registró el mayor índice de trasplantes. "No sabemos por qué razón se dio este fenómeno en toda la Argentina, pero suponemos que puede deberse a una campaña publicitaria sostenida que se hizo en todo el país, que causó un efecto positivo en la gente", indicó Perichón. El funcionario afirmó que "en este último tiempo el Cudaio cuenta con una mejor estructura para procurar órganos, pero la sociedad todavía no está preparada", aunque aclaró que "hay una leve tendencia a la donación". El Hospital de Emergencias Clemente Alvarez es considerado por los especialistas del Cudaio como "el nudo central de procuración de órganos de Rosario". En el 99 se incorporaron seis buscadores. "Son médicos entrenados durante dos años, que realizan guardias pasivas durante las cuales recorren hospitales y sanatorios para recordarles a los profesionales de las salas de terapia intensiva que deben denunciar los posibles casos de pacientes con muerte encefálica", apuntó Perichón. Según el subdirector del Cudaio, en Rosario hay unas 400 personas que están inscriptas en lista de espera y que aguardan que se procure un órgano compatible para que se les practique un implante que permita salvar sus vidas.
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