Una mezquita del barrio porteño de Floresta fue atacada ayer a la madrugada con un artefacto explosivo arrojado por dos desconocidos, en un atentado que provocó graves destrozos en la mampostería del templo y heridas a un efectivo de la Policía Federal que custodiaba el lugar.
El gobierno nacional repudió el ataque y reforzó la seguridad en los todos los templos religiosos del país, según informó el Ministerio del Interior.
El hecho se produjo pasadas las 5.45 de ayer, en la mezquita At Tahuid de San Nicolás 674, de la Capital Federal, cuando dos desconocidos que circulaban en una motocicleta de alta cilindrada arrojaron a su paso un artefacto explosivo contra el edificio.
El director de la mezquita, el sheik Abdul Karim Paz, sostuvo que no le extrañaría que los autores del ataque sean los mismos que cometieron el atentado contra la sede de la mutual judía Amia ocurrido el 18 de julio de 1994, en el que murieron 86 personas.
La explosión provocó la destrucción casi total de una librería alojada al frente del inmueble y destrozos en la mampostería del templo.
La bomba impactó en el portón del garaje, por lo que se desprendieron algunos barrotes de la reja y también se rompieron los vidrios de la entrada. Como consecuencia la explosión, el sargento primero de la Policía Federal Rodolfo Mercado, que estaba de guardia en el lugar, sufrió traumatismo de cráneo, sin pérdida de conocimiento y lesiones menores.
El suboficial, perteneciente a la comisaría43, con jurisdicción en la zona, alcanzó a repeler el ataque. Fue trasladado al hospital Vélez Sarsfield y posteriormente derivado al Churruca donde permanecía fuera de peligro.
Repudio oficial
Apenas enterados del ataque, el presidente Fernando de la Rúa y el ministro del Interior, Federico Storani, se comunicaron con Karim Paz, para expresarle su solidaridad, y ambos mantendrán mañana una audiencia con el religioso junto con el subjefe de la Policía Federal, Osvaldo Canizzaro.
El Ministerio del Interior expresó en nombre del gobierno su repudio por el atentado y dispuso reforzar los templos religiosos en todo el país.
"Si bien (el daño) fue de menor envergadura, no deja de preocuparnos el hecho. Por ello condenamos toda manifestación de intolerancia racial, religiosa y política y reafirmamos que la Argentina es una tierra de encuentro y de paz y que bajo el sistema democrático se garantiza el pluralismo religioso, político, y la tolerancia racial", indicó la cartera.
El ministerio procuró llevar tranquilidad "ya que en el marco del Estado de derecho desde el gobierno hacemos y seguiremos haciendo todo lo necesario para garantizar la libertad de culto, la tolerancia y la seguridad de todos los habitantes del suelo argentino".
Según dijeron voceros gubernamentales, el explosivo estaba entro de un caño sin mecanismos de relojería, aunque no se pudo establecer si la explosión se produjo por el impacto o si la bomba se arrojó encendida.
Las fuentes de la Policía informaron que el artefacto "provocó una fuerte explosión, que produjo la rotura de la reja y los vidrios de la librería, sin generarse incendios".
La explosión se escuchó a varias cuadras a la redonda, según dijeron vecinos de la zona en declaraciones a la prensa.
Fuentes gubernamentales dijeron que el explosivo fue arrojado por dos hombres que se desplazaban en una motocicleta de alta cilindrada color negra con el tanque de nafta rojo, y agregaron que el acompañante del conductor llevaba puesto un casco color verde. En el lugar no se encontraron panfletos ni ningún otro tipo de elementos que permitan determinar los motivos del ataque ni si pertenecían a alguna facción política o religiosa.
La causa quedó a cargo de la juez federal porteña María Romilda Servini de Cubría, caratulada como "atentado".
La Ciudad
