Los mercados siguieron a la suba en la semana que termina, con Letras de Tesorería de corto plazo que rinden por debajo del 8% anual, bonos de mediano plazo con rentabilidades del 10% anual en promedio y bonos largos que rinden el 12% anual. Por otro lado, el índice Merval superó la barrera de los 500 puntos, y mostró una rentabilidad del 26% en los primeros 19 días de enero, posicionando a la Bolsa argentina como la de mayor rentabilidad en el 2001.
Esta sustancial mejora estuvo dada por dos factores: un contexto internacional muy favorable y el blindaje financiero que recibió nuestro país.
El contexto internacional aporta lo suyo, con la baja de medio punto en la tasa de corto plazo en Estados Unidos, y ahora renovó las esperanzas de nuevas subas en los mercados accionarios, ya que se especula con la posibilidad de que el 31 de enero próximo, la Reserva Federal de Estados Unidos baje un cuarto de punto adicional la tasa de corto plazo, y que durante el año esta tasa que se ubicaba en el 6,5% en diciembre de 2000, se ubique en sólo 5% anual en diciembre del 2001.
Las exigencias
En lo que respecta al plano local, es muy poco lo que se ha hecho para que el mercado suba más de lo esperado. El blindaje financiero sirvió para posicionarnos en el mercado internacional, pero ahora habrá que cumplir las duras exigencias de los organismos financieros internacionales.
Por el momento no se ha observado una importante suba en los depósitos, y tampoco mayores préstamos otorgados. Sin embargo, las reservas han mostrado una evolución positiva y se ubican en niveles record. Además, no se sabe si este ingreso de capitales corresponde al sector público (ingreso de préstamos al Estado) o privado.
Por otro lado, no habría que esperar una fuerte suba de la recaudación tributaria, ya que este año no habrá incremento de alícuotas, y toda comparación con el año 2000 quedara ligada directamente a una mayor o menor actividad económica.
El Merval para arriba
En el año 2001 difícilmente se logre una mayor recaudación tributaria que en el 2000, considerando que todo ajuste presupuestario debería venir por el lado del gasto público, algo que este gobierno parecería no tener vocación de reducir.
En este escenario resultaría muy difícil reducir el déficit presupuestario y sin mostrar resultados fiscales, no creemos que la suba del mercado se pueda sustentar por mucho tiempo.
No obstante, el índice Merval podría proseguir a la suba hasta fin de enero ya que los operadores están comprando con el rumor de la posible baja de tasas en la próxima reunión de la Reserva Federal, y venderán posiciones una vez que se conozca la noticia.
Por lo tanto, el Merval podría alcanzar la zona de resistencia entre los 560 y 570 puntos, para proceder desde allí a una importante corrección en el mes de febrero, en función de digerir la gran suba que se realizó en enero.
Además el día 15 de febrero opera el vencimiento del mercado de futuros y opciones, que inyecta una oferta de papeles muy importantes en un solo día y que generalmente hace que el mercado retroceda.
En materia de bonos, el mercado mostrará una tendencia alcista, con tomas de ganancias que no serán muy importante, ya que el fondo del mercado es comprador.
El día martes 23 de enero se procederá a una nueva licitación de Letras de Tesorería por un valor de 350 millones de dólares, y se espera para la licitación una tasa inferior al 8,0% anual, cuando en la licitación anterior se consiguió una tasa del 8,47% anual.
Los bonos de corto plazo, como el Bonte 2001, muestran un rendimiento del 8,5% anual, y no es recomendable mantenerlos en cartera, sino posicionarse rápidamente en títulos de mayor plazo, en busca de aumentar la rentabilidad.
Es así que los más conservadores se posicionan en el Bonte 2003, con un rendimiento anual del 11,21%; o bien Bonte 2005 con un rendimiento del 12,11% anual.
En todos los casos son títulos de similares características, pagan renta dos veces al año, en mayo y noviembre, en tanto que la amortización es de un 100% al final del período.
Caen los plazos fijos
En el caso del Bonte 2003 paga una tasa fija del 11,75% anual mientras que el Bonte 2005 paga una tasa fija del 12,125% anual. La rentabilidad de los plazos fijos ha mostrado una caída espectacular, y es así como en la actual coyuntura, por montos superiores al millón de dólares, se consigue a 30 días una tasa inferior al 8,0% anual.
En conclusión, se deben resaltar tres aspectos: el contexto internacional es muy favorable para Argentina y aún hay margen para subas importantes en materia de títulos públicos. En acciones, en cambio, podría sobrevenir una corrección.
Otro punto a tener en cuenta es que la tasa de plazo fijo disminuyó notablemente. Por ende sería oportuno invertir en títulos públicos de corto y mediano plazo. Además, la mejora aún no se ha extendido a la actividad económica, que no recibió ningún beneficio del blindaje y que aún soporta que el Estado se entrometa en el mercado de crédito una vez cada quince días, quitándole liquidez y la oportunidad de recibir financiamiento.
Todas las dudas surgen del sector político, que no se sabe es cómo actuará ante un año electoral.