"Hicimos que lloviera y que bajara 20 grados la temperatura, pero te dejamos los problemas para que tengas trabajo", le dijo el ministro de Hacienda, Juan Carlos Mercier, a Carlos Reutemann mientras se confundían en un abrazo. El gobernador fue recibido con aplausos ayer a las 10.30 al pie de la escalerilla del avión privado que lo trajo desde Ezeiza a Sauce Viejo por lo más caracterizado del reutemismo.
De aspecto muy saludable y un exhultante humor, que lo llevó a reír con ganas de las bromas que le dispensaron y a saludar efusivamente, el Lole sólo exhibió un pequeño apósito en su cuello como todo rastro de la cirugía de columna a la fuera sometido en Nueva York. "Es para descansar un poco", respondió cada vez que le preguntaron por qué no usaba el cuello ortopédico que le prescribieron los médicos y que, en cambio, exhibió en sus manos.
Reutemann sorprendió con una velada crítica al neoliberalismo: "Algo distinto va a tener que aparecer; somos un país demasiado dependiente". Además, sugirió que el peronismo debe debatir internamente su adhesión al liberalismo, que "no concuerda con sus principios básicos".
-¿Cómo ve a la Argentina tras el blindaje?
-Los organismos internacionales han tomado sus garantías. Enfatizo el apoyo que tuvo el presidente Fernando de la Rúa por parte de todos los gobernadores, que le firmaron un acuerdo de previsibilidad hasta el 2005 (Pacto Fiscal). Significa un aporte patriótico, porque si el país llega a crecer un 3% promedio en este lustro las provincias le habrán transferido por ese acuerdo no menos de 6.000 millones de dólares.
-¿Y en lo inmediato, este año?
-Las previsiones no son concretas, sino bastante disímiles. Desde los grupos financieros me han dicho que el crecimiento previsto para este año es modesto, apenas un 2%. Comparado con el 4% que crecería Brasil, el nuestro resultaría neutro.
-No suena muy optimista.
-Al gobierno nacional se le han dado todas las condiciones, ahora hay que ver los resultados. Todo lo que pidió, se le dio. Tuvo un apoyo inédito de la oposición. Las cartas están sobre la mesa y se espera ver inversiones, desarrollo y fuentes de trabajo.
-¿Qué piensa de la intención del gobierno federal que reducir el gasto legislativo en las provincias?
-Lo ha tomado como una meta. Pero es una cuestión que compete a un poder independiente del Ejecutivo. En Santa Fe, los legisladores sabrán hasta dónde pueden llegar. Supongo que no desconocen el alto nivel de cuestionamiento que hay sobre la clase política.
-¿Qué dice de la idea nacional de derogar la ley de lemas en las provincias que la aplican?
-Siempre lo mismo. Yo fui muy afortunado; llegué a la política a través de ella. Sé que es compleja y confusa, pero sería muy egoísta de mi parte propiciar la derogación de una ley que me permitió llegar y que podría permitírselo a otros. Pero si es una decisión de todos los partidos, los voy a acompañar.
-¿Está al tanto de que el PJ ya tiene un precandidato presidencial para el 2003?
-El doctor (Carlos) Ruckauf viene trabajando en ello desde que inició la Gobernación. Está lanzado, y no lo veo mal. Aparece muy bien posicionado y tiene la firme voluntad de ser uno de los candidatos del PJ. Ya lo he declarado, es de esperar que en el justicialismo haya dos fórmulas. Pero eso se irá viendo, recién comenzó el 2001.
-¿Entonces?
-Argentina tiene otros problemas que solucionar como para estar pensado (electoralmente) en el 2003. El país tiene que hacerse más sólido en el crecimiento económico y el bienestar de la población. Me da la impresión de que a la gente no la desespera saber quién será el futuro candidato a lo que sea. Lo que a mí me llega es que esperan ver mejorar sus cosas.
-¿Según Duhalde, usted no se anima?
-Hace una velada acusación por aquel momento cuando después que salimos al balcón (de la Casa Gris la noche en que ganó la Gobernación) me comenta que no tenía posibilidades de ganar las elecciones (nacionales) y quería que yo lo suplantara como candidato. A lo que me negué, de parado nomás. Así que no vale la pena todo lo que diga y quiera decir Duhalde.
-¿Sigue siendo un futuro presidenciable?
-No concuerdan los tiempos de especulaciones electorales con la realidad de un país que tiene que mejorar muchísimas cosas. Además, "me animaría" a decir que el PJ de cara al 2003 debería hacer la revisión de algunas cosas que no concuerdan con lo que es su teoría.
-¿A qué se refiere?
-Se me ha acercado mucha gente que no concuerda con cosas de este plan neoliberal que instaló (Carlos) Menem. Y este es un tema que el PJ debería debatir internamente. Si usted lee los principios básicos del justicialismo, verá que no concuerdan mucho.
-Suena como convocando a una revolución social.
-Lo digo en serio, esto es algo que tiene discutirse. La gente está mal, muy mal, y el próximo candidato presidencial tiene que venir con una alternativa a este esquema.
-¿Cabe preguntarse si están dadas las condiciones?
-Hay que hablar con el pueblo para darse cuenta de que no hay otra. Es necesario comenzar a pensar en otra sintonía, este esquema no va más. Eso es así. Yo lo percibo en cada uno de los que hablo. El otro día me encontré con varios justicialistas bonaerenses y nos sentamos a conversar en un banco de la Quinta Avenida: coincidimos en las diferencias entre el neoliberalismo y el justicialismo.
-¿Cuál sería la alternativa al neoliberalismo?
-Eso hay que discutirlo, ver qué y cómo se puede lograr. Lo que me parece es que el PJ no va a poder obviar ese debate interno.
-Usted es una de las autoridades nacionales del PJ.
-Por eso digo que a esto hay que pasarlo en limpio. Neoliberalismo con Menem, neoliberalismo con De la Rúa. Así vamos en la misma línea, y algo distinto va a tener que aparecer. Somos un país demasiado dependiente. Las consultoras mandan más que el gobierno.
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La Ciudad
