Año CXXXIV
 Nº 49.004
Rosario,
domingo  21 de
enero de 2001
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¿Reelección? Inés Pertiné blanqueó el deseo íntimo de Fernando de la Rúa
La clase política salió a opinar sobre un nuevo mandato presidencial
Menem aseguró que si el país mejora, el jefe del Estado podría aspirar a otro período en la Casa Rosada

La eventual reelección del presidente Fernando de la Rúa en el 2003 quedó definitivamente instalada ayer luego de que miembros del gobierno y de la oposición coincidieran en señalar que si la situación del país mejora, el jefe del Estado podría aspirar a ser nuevamente elegido por el voto popular.
Los presuntos deseos de reelección presidencial fueron blanqueados por la primera dama, Inés Pertiné, casi al mismo tiempo que De la Rúa encabezaba la última jornada de la megarreunión de gabinete para mostrar al gobierno preocupado más por la reactivación económica que por los futuros comicios.
En ese contexto, el primer mandatario impartió a principios de la semana pasada precisas instrucciones a los miembros de su gabinete para que no se hable de candidaturas porque, según dijo, es el momento de trabajar exclusivamente en la búsqueda de soluciones a los problemas de la gente.
El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Antonio Berhongaray, aseguró que "si al país le va bien", De la Rúa "va a ser reelecto".
En sintonía, el ex presidente Carlos Menem expresó desde Estados Unidos que "si hace bien las cosas, como creo que las va a hacer, va a tener posibilidades reelección".
Por su parte, la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, consideró que lo que quiere de la Rúa "es tener éxito en bajar la pobreza y el desempleo", aunque deslizó que, cuando se persiguen esas metas, "se piensa en un futuro muy grande".
Pertiné, en una entrevista que publica hoy la revista Nueva, que acompaña esta edición de La Capital, señaló que el presidente "quiere ser reelecto" en el 2003.
Tras la repercusión de estas declaraciones, el primero en ser consultado fue De la Rúa, el viernes en la residencia de Olivos.
"No creo que haya dicho eso, ella normalmente no da reportajes. Yo quiero el éxito en este año", se limitó a afirmar el jefe del Estado.
Al respecto, Berhongaray opinó que "si al país le va bien, De la Rúa va a ser reelecto, y realmente le vendría muy bien a la Argentina que le vaya bien".
Cuando se le solicitó a Menem -quien fue reelecto en 1995- un consejo a De la Rúa, el ex mandatario respondió: "No tengo nada que recomendarle al presidente. Es un hombre que está ejerciendo un mandato que le confirió el pueblo y si hace bien las cosas, como creo que las va a hacer, va a tener posibilidades de reelección".
Aunque Menem aclaró que "va a haber varios candidatos, inclusive de la misma Alianza, del justicialismo también", y evaluó que "hay que prepararse para futuras contiendas electorales".
Meijide, a su turno, interpretó que "lo que quiere el presidente y todos nosotros es tener éxito en bajar la pobreza y el desempleo, es decir, producir crecimiento".

El detonante
Acerca de los dichos de la primera dama, en el final de la entrevista se le preguntó si viviría en la quinta de Olivos "hasta el 2003 o más", a lo que la mujer respondió: "Hay que trabajar, y ojalá que Fernando sea reelecto. Eso es lo que espero".
"¿Y él qué dice?", fue la repregunta. "El también quiere ser reelecto", concluyó Pertiné.
En tanto, la idea del comité de la Alianza (ver aparte), lanzada oportunamente por el ministro del Interior, Federico Storani, apareció la semana pasada en boca del propio Carlos Chacho Alvarez al que, en los despachos cercanos a De la Rúa, siguen viendo "errático y sin brújula".
"No podemos saber qué piensa ni qué quiere. Pero, es tiempo de que Chacho se ponga los pantalones largos, porque en octubre estará en juego la gobernabilidad y la legitimidad de la Alianza", subrayan en la Rosada.
Claro que, desde su búnker, Alvarez no para de recitar lo que, a su juicio, siguen siendo los males de esta administración y mastica bronca por la escasa importancia que De la Rúa le dio a sus propuestas de gobierno. Y también reniega por el hecho de que no se haya ido a fondo en el Senado.
Más allá de las idas y vueltas con el ex vice, la tal vez ficticia despreocupación presidencial por la próximas elecciones y las sorpresivas declaraciones de la primera dama, en algunos despachos de la Casa de Gobierno sólo piensan en una cosa: el voto castigo.
En todos los casos, los funcionarios creen que el potencial voto bronca todavía no se ha establecido y apuestan a futuras bondades económicas como la garantía de que, finalmente, no llegará la reprimenda.



De la Rúa dijo no, pero su esposa quiere reelección.
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