Santa Fe.- Los habitantes de la ciudad de Las Toscas recibirán un alivio a medias no bien el gobierno difunda oficialmente el informe retrospectivo, concluido esta semana, para saber si el cromo que utiliza una curtiembre local -motivo de la conocida y extendida polémica de los últimos meses- es causa de incremento de enfermedades y muertes. Aunque el estudio no constató aumento de dolencias respiratorias y epidérmicas en los últimos dos años ni tampoco un incremento notorio de muertes por cáncer entre 1983 y 1999, no es concluyente y aconseja a las autoridades provinciales continuar analizando a la población de esta localidad del Departamento General Obligado. Con las firmas del jefe del Servicio de Toxicología del Hospital Provincial de Rosario, Omar Saín y de Noemí Fittipaldi, adscripta al servicio, la conclusiones del estudio están volcadas en unas 40 páginas que el martes último fueron elevados al ministro de Salud, Carlos Parola, quien -se presume- se lo dará al gobernador Carlos Reutemann para que luego disponga su difusión oficial. Como se recordará, el temor viene campeando entre los aproximadamente 15 mil habitantes de Las Toscas desde siempre, pero en marzo de 1999, con la muerte por leucemia de un operario de la curtiembre ArleiS.A. las voces se hicieron audibles convirtiendo a la situación en materia de debate provincial e imponiendo a las autoridades un rol más activo. Los puntos más altos de la discusión pública en torno a la posibilidad de que el cromo que utiliza Arlei para curtir sus cueros afecte a la salud de la población, además de contaminar eventualmente el medio ambiente (algo negado rotundamente por la empresa) se generó a partir de análisis que dieron porcentajes desacostumbrados de metal pesado en la orina de algunos habitantes de aquella ciudad. A partir de entonces, ningún otro análisis de los diversos que hicieron las autoridades provinciales registraron esos niveles pero la duda y el temor no pudo borrarse en la gente. Ello llevó a que la Secretaría de Medio Ambiente pidiera a Salud un estudio epidemiológico y estadístico retrospectivo en búsqueda de elementos que permitieran confirmar o desechar la relación entre la actividad de la curtiembre y la presencia de ciertas enfermedades. En síntesis, ésto no se encontró. Estadísticamente, los profesionales rosarinos que fueron enviados a Las Toscas no hallaron relaciones entre la contaminación y las afecciones denunciadas fuera de las regulares (lo que también se extiende a los nacimientos con malformaciones, un dato más comentado que fehacientemente comprobado), lo que fue ratificado en razón de que se compararon las cifras con las registradas en la ciudad de Malabrigo (que no posee una curtiembre entre su industria). Sin embargo, los especialistas aconsejaron seguir investigando a la población con mayor detalle en cuanto a patologías respiratorias y epidérmicas. Tanto Saín como Fittipaldi vierten opiniones personales en el informe sosteniendo que algunos problemas de salud podrían ser causados por contaminantes como los que están bajo sospecha en Las Toscas, aunque no están en condiciones de afirmar o rechazar que eso sea así.
|  La procesadora es blanco de trabajadores y vecinos. |  | Ampliar Foto |  |  |
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