El empresario minero de Tucumán Miguel Solanis mostró ayer cierto estupor por la eventualidad de que sus ex socios, el sirio Monzer Al Kassar y la empresa británica Imperial Consolidated (IC), le hayan usado como pantalla para una presunta venta de armas al terrorismo islámico. "No creo, ¿Cómo puede ser eso?" dijo desconcertado Solanis al enterarse que sus ex socios para proyectos mineros en Tucumán están sospechados en Europa de supuesta venta de armas al terrorista más buscado del mundo, el magnate saudí Bin Laden.
"Si el terrorismo se acabó hace muchos años. Desde que se acabó el comunismo se terminó todo", intentó explicarse, tal vez confundiendo al brote guerrillero que vivió Tucumán en los años 70 con los atentados por coche-bomba que suelen desatar grupos del fundamentalismo islámico en países de todos los continentes.
A los 60 años, con siete hijos, y casi toda una vida de trajín por los montes de Tafí del Valle y otros rincones tucumanos, Solanis ha conseguido la titularidad de 19 pertenencias en yacimientos mineros, que presumiblemente contendrían oro.
Aseguró que tiene entre manos nada más y nada menos que un potencial gran negocio. Pero afirma que no cuenta con el capital que se considera imprescindible para ponerlo en marcha, esto es alrededor de 400 millones de dólares.
Hasta que el año pasado alguien de Tucumán -a quien por ahora no quiere identificar- le puso en contacto con personas allegadas a Al Kassar, el sirio residente en Marbella, España, y vinculado a las familias Menem y Yoma.
En los años 90, Al Kassar y otros sirios obtuvieron la nacionalidad argentina y el pasaporte en tiempo récord durante el gobierno de Carlos Menem. A raíz de ello, el juez Jorge Ballesteros procesó al traficante por falsificación de documento público.
Solanis admitió que tiene relaciones y conoce al gobernador de Tucumán, el justicialista Julio Miranda: "No soy de ningún partido político -aclaró- pero sí he colaborado con quien hace cosas para el pueblo".
Así pues, tal vez sin haber estado al tanto de los antecedentes de Al Kassar en varios países, Solanis accedió a la gestión de buenos oficios de los intermediarios y llegó hasta el sirio y, a través de éste, a los británicos de IC, quienes firmaron para explotar el oro en Tucumán.
"International Consolidated es una empresa que tiene un banco mayoritario que está en 23 lugares del mundo", dijo el tucumano. Reconoció también haber extendido sendos poderes a IC y Al Kassar para que éstos negociaran en Europa inversiones para la explotación de los yacimientos en Tucumán, mientras se comprometían a adelantarle una parte de los cuatro millones de dólares que aquellos habían depositado en un banco de Panamá.
"Alguien se quedó con algo de dinero"
"No recibí nada del dinero. Yo ahora no se lo puedo comentar pero alguien se quedó con algo de dinero", dijo Solanis, medio enigmático y sin querer revelar la identidad de los dos argentinos que habrían actuado de intermediarios.\El diario español El Mundo destapó el domingo que el Cesid -equivalente a la Side local- investiga la sociedad de Al Kassar e IC y sus presuntas relaciones con Bin Laden, el jefe terrorista refugiado por los talibanes en Afganistán y acusado de la destrucción de las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania.\La explotación del oro en Tucumán nunca arrancó ya que la sociedad se rompió a fines del año pasado cuando Solanis revocó los poderes a Al Kassar y a los británicos, aunque ahora parece estar medio arrepentido de aquello. "Yo pensaba que ellos no estaban cumpliendo conmigo y era al revés: el que no estaba cumpliendo era yo porque otra gente se quedó con la plata", explicó.