Rufino. - Luego de recibir la ayuda prometida por el gobierno nacional, esta castigada ciudad del departamento General López parece encaminarse hacia la recuperación de los graves daños causados por el vendaval que se desató sobre ella la semana pasada, que también afectó a la localidad de Christophersen. Sin embargo, a pesar que el aporte de elementos puede ser considerado como un signo positivo, los rufinenses siguen masticando un duro reproche contra la Nación por las promesas incumplidas en torno a su problema más grave: la crisis hídrica generada por la laguna La Picasa, que prácticamente ha destruido su potencial socioeconómico.
El director municipal de Asuntos Institucionales, Julio Eggimann, confirmó a La Capital la llegada de la ayuda desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para paliar la situación creada por fenómeno meteorológico. "Recibimos frazadas, chapas, tirantes y otras mercaderías para atender a la demanda más urgente de la población", señaló el funcionario.
El saldo del temporal que azotó fuertemente esta zona del sur santafesino el martes de la semana anterior fue de algunos evacuados, corte ininterrumpido de luz y teléfono, árboles añosos derribados y cuantiosas pérdidas por las muchas hectáreas sembradas con soja y maíz que fueron virtualmente destruidas por la caída de granizo.
El intendente de Rufino, Gustavo Deheza, se mostró conforme a la respuesta de las autoridades nacionales al recibir las elementos necesarios, ya que "de esta manera se van a ir resolviendo problemas que atañen a muchos vecinos".
Esfuerzo común
"La solidaridad de la gente de nuestra ciudad y de las localidades vecinas, junto a los funcionarios nacionales y provinciales, posibilitan que Rufino se encamine para solucionar las consecuencias de la tormenta en el corto plazo", dijo Eggimann, quien no dejó pasar la oportunidad para señalar ese tipo de respuesta es la que están esperando para que se cumplan las promesas sobre la situación de La Picasa formuladas por los mismos funcionarios naciones hace casi un año atrás.
"Hemos recibido la ayuda puntual luego de la tormenta que azotó a Rufino, pero nada obtuvimos, a pesar del compromiso asumido el año pasado por la Nación, por el desborde de La Picasa", señaló disconforme el funcionario.
Para los rufinenses los efectos que tuvo el vendaval no resultaron tan graves si se los compara con los padecimientos que vienen sufriendo desde hace más de cuatro años por la situación de La Picasa, que ha desencadenado pérdidas millonarias en los sembradíos, imposibilidad de desarrollar la actividad ganadera y un fuerte aislamiento por el corte de la ruta nacional 7 a la altura de Aarón Castellanos, configurándose un panorama dramático para los pobladores de toda esa región. Mientras tanto, los Estados provinciales involucrados (Buenos Aires y Santa Fe) siguen en el tira y afloje ante la Justicia en una disputa de orden técnico y la Corte Suprema de la Nación no adopta un dictamen definitivo para resolver la cuestión.
La Ciudad
