Reir y estimular el sentido del humor podría ayudar a prevenir un ataque cardíaco, según un nuevo estudio realizado por cardiólogos del hospital de la Universidad de Maryland, en Baltimore (EE.UU). Este trabajo científico, el primero en documentar que la risa puede ayudar a prevenir la enfermedad cardíaca, se presentó en Nueva Orleans en la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón.
Después de entrevistar a unos 300 voluntarios, los investigadores detectaron que las personas con enfermedad cardíaca presentaban un 40 por ciento menos de probabilidades de reírse en una variedad de situaciones que personas de la misma edad sin enfermedad cardíaca.
"El viejo axioma que dice que la risa es la mejor medicina parece ser científicamente cierto cuando se trata de proteger el corazón", afirma Michael Miller, director del Centro de Cardiología Preventiva del Centro de Salud de la Universidad de Maryland, en los Estados Unidos.
Sin embargo, el equipo científico tiene más dudas que certezas. Aún no saben, por ejemplo, si forzar la risa cuando se está enojado o triste tiene el mismo efecto benéfico sobre el corazón que la carcajada espontánea.
Tampoco saben aún cuál es el mecanismo exacto que hace de la risa un antídoto contra corazones sensibles, "pero sabemos que el estrés mental está asociado con un daño del endotelio, la barrera protectora que recubre nuestros vasos sanguíneos. Esto puede causar una serie de reacciones inflamatorias que conducen a un aumento del colesterol y de la grasa en las arterias coronarias y, en última instancia, a un ataque cardíaco".
Risa versus psicofármacos
Investigaciones previas habían vinculado a la capacidad de reirse de uno mismo con el estímulo de la confianza y el compromiso con el tratamiento médico en pacientes mayores de 65 años.\La psicogeriatra argentina Aidee Andrés, profesora adjunta de la cátedra de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, coincide con estas teorías: "Los ancianos que pueden reirse frente a las enfermedades crónicas o a los defectos que generan esas enfermedades, como temblores o la pérdida de la memoria en pacientes con Alzheimer, se ahorran una cantidad enorme de psicofármacos en el tratamiento. La risa cambia la tónica del padecimiento".\Hugo Schifis, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría, afirma que la risa es parte fundamental de lo que llama envejecimiento activo. "Calma el dolor y hace del sufrimiento algo menos pesado". El gerontólogo incluso asegura que aquellos que se ríen menos, se enferman más. "El anciano que llega al consultorio no se ríe mucho, porque en la mayoría de los casos llega con varias enfermedades o con dolores reumáticos. Pero hay otros que sí se ríen, y en general son aquellos que se sienten mejor y que padecen menos enfermedades".\Además de liberar energía física y psicológica, la risa reduce el estrés, la ansiedad, las preocupaciones y la frustración, dicen los especialistas. "El humor es una herramienta muy eficaz para favorecer el bienestar general en adultos mayores", agrega Andrés. "Pero si no se utiliza adecuadamente, el humor puede ser una intervención más destructiva que constructiva, sobre todo en situaciones donde pueden ser lastimados por la vergüenza o la vulnerabilidad".\Miller, por su parte, afirma que puede ser posible incorporar la risa a las actividades diarias, de la misma manera que se hace con otras actividades sanas para el corazón, como subir por las escaleras en lugar de tomar el ascensor. "Podríamos leer algo humorístico, o ver un video divertido e intentar buscar formas de tomarnos las cosas menos en serio", dice. "Quizá algún día, la recomendación para mantener un corazón sano sea: haga ejercicio, coma bien y ríase varias veces al día".\Jimena Castro Bravo