Gustavo Rodríguez, director de Network, revista mexicana dedicada a los videojuegos, responde sobre el impacto de éstos en la creatividad e imaginación de los niños y en la posibilidad de convertirlos en adictos: "Creo que el límite tiene que ver con la labor y la capacidad de los padres para no dejar que sea la única actividad de sus hijos. Por eso, si participas de los juegos con tu hijo, tienes después el derecho de pedirle que vaya al parque, al partido de fútbol o a estudiar".
Rodríguez agrega que los videojuegos son la puerta de entrada no sólo a Internet, sino al mundo de las computadoras. Algo fundamental cuando el universo de la información y el entretenimiento electrónico está abriendo brechas en casi todos los ámbitos.
Un negocio de millones
En muchos países latinoamericanos, apelativos como Nintendo, Play Station o los llamados Game Boy son más conocidos que los nombres de muchos héroes nacionales o batallas libertadoras. No es para menos: este jugoso negocio representa para los fabricantes de videojuegos ingresos millonarios que se multiplican con cada nueva versión, lo cual ocurre bastante seguido.
Su público objetivo son niños y niñas que recién aprendieron a hablar y que seguramente se transformarán en los jóvenes -casi adolescentes- que convertirán a Internet en su mundo, según describe la revista española El País Semanal en su último número. Esta publicación describe como "generación.com" a chicos de ambos sexos, de entre ocho y quince años, que saben más de videojuegos y tienen mayor habilidad y visión en ese ámbito que cualquier adulto o joven.
Algunos de ellos ya inventaron páginas de Internet que resultan sorprendentes para cualquier empresario; otros incluso poseen empresas que ingresan jugosas nóminas y grandes compañías los tientan para apropiarse de sus ideas.
Rodríguez, quien también es conductor del único programa de televisión en México que dedica un segmento todos los sábados al tema de los videojuegos, señala que el acercamiento de los niños a estos aparatos de entretenimiento les ofrece una amplia variedad de programas que permiten desarrollar distintas habilidades.
¿Es posible que los niños que tienen acceso a estos juegos en video desarrollen alguna capacidad que aquellos que no lo tienen? Al respecto, el conductor comenta: "Estoy convencido que así es. Casi puedo decir que desarrollan un sentido alterno que los hace mucho más creativos y audaces. Yo les sugeriría a los padres que aunque no participen directamente del juego, estén con sus hijos para entender qué es lo que les atrae tanto".
Según Rodríguez, el único daño que puede surgir es que el niño se envicie y se convierta en sedentario y pasivo pegado a una computadora: "Los padres tienen que perderle el miedo a estos aparatos y tratar de comprenderlos para poder integrarse más con ellos".
La Ciudad
