Año 48.998
 Nº CXXXIV
Rosario,
lunes  15 de
enero de 2001
Min 21º
Máx 33º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Crítica / Música
Alfredo Abaldos: El patriarca de los cantores

Marcelo Menichetti

Alfredo Abalos acompañado por Hernán Lattanzio, sus hijos Martín y Santiago, y por Gonzalo Lares, presentó el sábado último su álbum Te digo chacarera ante unas 400 personas reunidas en el patio de la escuela Enrique Pestalozzi, que exigieron, a punta de aplausos sostenidos, una extensa actuación en la que el cantor debió recurrir a los éxitos de su poblado repertorio para satisfacer la demanda.
El encuentro contó con la participación de Marisa Palacios, Juan Manuel Stenta y su conjunto, Los Guagüitas, el grupo Cántaro y Graciela Sansone.
Pasada la medianoche llegó el momento esperado por todo el público que recibió con un cerrado aplauso a quien hoy es -y bastante adelantado el resto- el mejor cantor folclórico argentino. El artista comenzó su show con La doble sentenciosa, una chacarera que firmó junto a Oscar Valles y prosiguió con varios de los títulos que integran la grabación, entre los que sobresalieron la impecable tonada Es buen remedio el amor de López Riverol y Jorge Viñas; la hermosísima Zamba del ángel de Ariel Petrocelli y la Zamba del silencio de Esteban Velarde. En la festejada actuación de Abalos también sonaron temas que no integran el disco presentado, como Debajo sauce solo de Rolando Valladares y Manuel J. Castilla, Pobre corazón de Polo Giménez y Por unas pocas monedas de Juan Carlos Carabajal y Martín Abalos Santillán, entre otras interpretaciones que fueron mechadas con el chispeante y siempre comprometido discurso del artista.
La actuación del Gordo Abalos confirmó su momento de plenitud como cantor, en el que balancea su vasta experiencia con un palpable sentimiento a la hora de interpretar, lo que agrega, como un plus, a su excelente y caudalosa voz.
Mientras se iban apagando los ecos de la música y se profundizaba la madrugada, el cantor firmó autógrafos al pie del escenario y saludó a sus admiradores que le tributaron el merecido homenaje del aplauso y la adhesión incondicional por su impecable tarea.


Diario La Capital todos los derechos reservados