Año 48.998
 Nº CXXXIV
Rosario,
lunes  15 de
enero de 2001
Min 21º
Máx 33º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Asesinato en Rufino. La Cámara Penal de Rosario rechaza la apelación de la defensa
Nuevo revés judicial para Fraticelli
Hoy ratificarían el procesamiento en su contra por el crimen de su hija Natalia. Pero en la Justicia subsisten dudas sobre la responsabilidad penal tanto del ex juez como de su esposa por la debilidad de las pruebas

Carlos Duclós

El ex juez Carlos Fraticelli será notificado hoy de un nuevo revés judicial en el Palacio de Justicia de Rosario. La Cámara de Apelaciones en feria, según trascendió, confirmará el procesamiento por homicidio calificado dictado por el juez de Melincué, Carlos Risso, para quien el magistrado de Rufino fue coautor, junto con su esposa, Graciela Dieser, del homicidio de su hija Natalia, ocurrido el 20 de mayo pasado.
Pese a que la Cámara Penal manejó el caso con hermetismo, pudo saberse que la resolución que convalida el procesamiento de Fraticelli deja entrever, no obstante, situaciones hasta ahora no consideradas en el proceso y que con el tiempo serían relevantes para arribar a la verdad. Hasta el cierre de esta edición los camaristas Humberto H. Giménez, José M. Ravena y Atilio Pangia trabajaban en la causa, a raíz de la detección de puntos oscuros en la investigación.
Según señalan en reserva abogados del foro rosarino que conocen la causa, la investigación y el proceso seguido por el juez Carlos Risso de Melincué adolece de muchas fallas pero es cierto -dijo una fuente- que ni el criterio común de la gente ni la estructura judicial acepta, por ahora, a Fraticelli libre. Y ello, aun cuando muchas dudas e incógnitas se ciernen sobre la controvertida causa, a tal punto que ni el propio tribunal de enjuiciamiento destituyó a Fraticelli como juez por la causal de comisión de delito. La historia del crimen está signado por la combinación de pocas certezas y muchas dudas.
Lo que debería haber hecho es matar a mi esposa y después matarme yo, pensó Fraticelli pocas horas después del deceso de su hija, Natalia. Y así se lo confesó a su amigo y a la sazón custodio policial Daniel De Jesús, mientras estaba internado en la clínica después de haber intentado suicidarse. Luego de dejar los restos de su hija en el cementerio, una idea pasó por la mente del ex magistrado: ir a su juzgado, tomar una de las armas que había allí y cumplir con su propósito. La idea de la muerte seguía dando vueltas en su mente, así que ese domingo, a las 22.30, un día después del crimen, Fraticelli intentó suicidarse tomando Tranquinal y otros barbitúricos. El médico Manuel Bruchmann debió inyectarlo y ventilarlo con bolsa manual para revivirlo. Estuvo en peligro de muerte -dijo el facultativo- y de no haberle realizado la maniobra de respiración anteriormente descripta todo el cuadro habría derivado en un paro cardiorrespiratorio.

Los padres y las dudas
Un gran interrogante se cierne en esta causa y cobra vida en el expediente lleno de contradicciones, enigmas, escasas pruebas y paupérrimas investigaciones. ¿Alguien está efectivamente convencido entre los investigadores de que Fraticelli asesinó a su hija? Y podría extenderse el interrogante a la misma madre de la víctima quien, según la agente de policía Carina Durán, escuchó cuando la mujer lo echaba de la habitación de la casa a su esposo diciendo: Con lo que me costó tenerla, era mi hijita. ¿Puede afirmarse que sea esa la expresión de una madre asesina? Un dato curioso es que cuando el sábado, cerca de las 9 de la mañana, llega a la escena del crimen el médico Hugo Costa, éste en un primer momento diagnostica una muerte súbita, tal vez un aneurisma. Lo cierto es que si no hubiera sido el propio Fraticelli el que en ese momento le dice a su esposa que le muestre al médico las bolsas de nailon, la chalina y el pañuelo -elementos con los que supuestamente fue asesinada Natalia- bien podría el profesional haber extendido un certificado de defunción por muerte natural.
Según el médico legista Ulises Cardozo, la muerte de la chica se produjo entre las cuatro y seis de la madrugada y llama la atención que recién el matrimonio diera aviso del hecho al médico Costa tres horas después. Si los Fraticelli fueron los autores del trágico hecho, ¿qué estuvieron haciendo en ese tiempo? Podría plantearse que conversaron tres horas sobre cómo ponerse de acuerdo para futuras declaraciones y elaborar coartadas, pero es concebible que si se trató de un homicidio premeditado, todo esto lo habrían planificado antes. Cuesta creer, por otra parte, que el ex juez en el caso de un crimen premeditado, hubiera estado en un motel horas antes del hecho. ¿Eligió una coartada tan deshonrosa? No obstante, esas tres horas entre la muerte de la chica y el aviso al médico hubieran sido más que suficientes para que el matrimonio conversara y se pusiera de acuerdo sobre qué decir. Por eso, las posteriores llamadas telefónicas en las que el juez Risso cree ver una forma de acordar declaraciones parecen carecer de sentido e importancia. Y en este último aspecto también tiene poca relevancia si la puerta de calle de la casa familiar estaba abierta o cerrada, hecho al que el juez de primera instancia le dedica varias hojas en su resolución.
Es obvio que si alguien entró a la casa esa madrugada era un familiar o una persona muy conocida de la familia, porque el perro fox terrier no ladró, ni se percató de presencias extrañas.
Natalia tomaba Karidium y Lamictal, dos medicamentos pediátricos para tratar la cuasi epilepsia que padecía. Los encargados de suministrar las drogas eran la madre y Franco (el hermano) eventualmente. La abuela de Franco, por su parte, tomaba el medicamento Uxen Retard, justamente la droga que se encontró en el aparato digestivo de Natalia, contraindicado para su caso.
El médico Juan Manuel Berman de la cátedra de Farmacología y Toxicología de Rosario dijo en un informe que Natalia tenía una dosis de 0.28 ug/ml de amitriptilina (Uxen Retard) en la sangre, cuando lo normal es entre 0.06 y 0.22, una cantidad cuatro veces menor que la considerada sobredosis. Advierte que es un medicamento contraindicado para la enfermedad que padecía la chica, y alude a la poca concentración o ausencia de anticonvulsionantes epilépticos (Karidium y Lamictal).
Por ello señala que en el caso se hace difícil hablar de combinación de fármacos. Sin embargo, el médico no emplea la palabra imposible. El interrogante, si Natalia murió porque ingirió un medicamento equivocado, es quién se lo suministró y a qué hora. Si Dieser se levantó a las 8.20 para darle los remedios nunca podría haber sido esa la hora de la ingesta porque el médico forense aseguró que la muerte se produjo entre las cuatro y las seis. Por otra parte, si había una intención de matar a la chica y si efectivamente fue por estrangulamiento, que queda claro qué sentido tenía suministrar un medicamento contraindicado previamente.

Dudas sobre el informe forense
A toda esta incertidumbre, se suma una de las más importantes: habrían encontrado hematomas en el pecho de la chica compatibles con técnicas de resucitación y esto está ratificado por un médico forense. Lo que equivale a decir que alguien trató de revivirla. ¿Quién? El médico Costa no fue, porque cuando llegó la chica estaba muerta. La única posibilidad es que haya sido uno de los cónyuges, sólo ellos parecen haber estado, según el mismo juez Risso, esa madrugada en la casa. Si uno de los dos trató de revivirla. ¿Cómo es que los dos son procesados por homicidio?



Para los jueces, no queda clara la responsabilidad de Fraticelli.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
El traslado
Diario La Capital todos los derechos reservados