Año 48.998
 Nº CXXXIV
Rosario,
lunes  15 de
enero de 2001
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Opinión
El legado de Obeid y las penurias para Santa Fe

Carlos Duclós

Hace tiempo, pero no tanto, que la vieja disputa con los cordobeses sobre cuáles eran las ciudades y provincias en la República que le seguían en importancia a Buenos Aires terminó. Y terminó mal para los santafesinos, porque nadie duda en el país y en el mundo que, luego de Buenos Aires, Córdoba es la provincia más relevante de Argentina y su capital la segunda ciudad no sólo en cuanto a densidad demográfica, sino en lo que concierne a crecimiento urbanístico, aumento de la producción, actividad social y todo aquello que vigoriza la ilusión social.
A pesar de la crisis que cubre y tiene en vilo al país, algunas provincias, como Buenos Aires y Córdoba, mantienen intacto su empeño, su esperanza y su talento creativo, lo que no ocurre en Santa Fe, al menos como los santafesinos quisieran.
Y desde luego, la vida de los pueblos, su devenir y su destino, tienen responsables: aquellos encargados de conducirlos, porque nada en el Universo ocurre por casualidad y no puede manifestarse, con seriedad y razonamientos lógicos, que el anquilosamiento santafesino sea una ocurrencia de la divina providencia o de un destino adverso.
Tampoco es justo responsabilizar de este estancamiento al actual gobierno de Carlos Reutemann. Si se debe ser sincero a la hora de trazar un balance para procurar desentrañar la verdad sobre las causas que llevaron a la provincia a esta suerte de parálisis, no puede menos que aceptarse que las esperanzas la perdieron los santafesinos durante el gobierno de Jorge Obeid, quien, lamentablemente, no pudo o no supo mejorar y afianzar los aspectos sustanciales de toda acción de gobierno: Justicia, seguridad, educación, salud y establecimiento de bases para el crecimiento económico y social.

La herencia recibida
Reutemann heredó una provincia desprovista de proyectos y no sólo eso: en algunos casos recibió una pesada carga. Un claro ejemplo, en materia judicial, lo constituye la no integración, en tiempo y forma de la Cámara en lo Contencioso Administrativa de Santa Fe cuya inexistencia conlleva el no funcionamiento del mismo tribunal creado para Rosario y ya integrado en un proceso integral que mereció reparos. Podrían buscarse cientos de excusas, sin embargo será difícil abstraer como causa el error, la falta de previsión del gobierno obeidista que dio lugar a una circunstancia lamentable que pagó y paga la comunidad.
En efecto, si bien Obeid no logró designar a los integrantes de la Cámara santafesina, no ocurrió lo mismo en Rosario, en donde los diversos sectores judiciales y políticos se apuraron a dejar conformado el tribunal que entenderá en las demandas contra los estados municipales y provincial y en donde no hay ningún hombre propuesto por el gobierno de la provincia y sí por numerosos operadores, entre ellos judiciales.
Tanto es así que en virtud del desorden generado en torno de la conformación de las Cámaras, no pocos hombres de la Justicia temieron que Reutemann declarara nulos todos los pasos y designaciones efectuados, decisión que hubiera sido harto justificada. Sin embargo, el actual gobernador no lo hizo y prefirió dejar en manos de sus colaboradores que ordenaran el despropósito heredado. Luego de transcurridos más de dos años las Cámaras en lo Contencioso Administrativo comenzarán a funcionar recién ahora por una decisión del actual gobierno y por el empeño puesto por algunos hombres que quieren una Justicia ordenada, entre ellos el actual presidente de la Corte, Rafael Gutiérrez, y el subsecretario de Justicia, Carlos Carranza.
La herencia del obeidismo no concluye con desaciertos judiciales. En materia de seguridad, la policía alcanzó su más alto grado de desazón que, naturalmente, tuvo sus consecuencias para la comunidad, porque una policía para la que no hay políticas claras es una fuerza que no rinde en la medida de lo necesario. El auge del delito es la consecuencia directa e inevitable y muy difícil de reparar en el mediano plazo.

La interna policial
Los cuadros policiales se desarticularon a raíz de una disputa interna entre el ex ministro Roberto Rosúa y el ex subsecretario de Seguridad José Bernhardt, íntimo amigo de Obeid. A tal punto llegó la interna que en los altos mandos policiales estaban aquellos que respondían a Rosúa, los que eran fieles al subsecretario y los que no sabían qué rumbo tomar. La policía, como institución, sí que tomó un rumbo y fue el de la disgregación de la que aún no se repone.
El lector debe comprender que no es casual que provincias como Buenos Aires y Córdoba ofrezcan al mercado nacional e internacional un parque tecnológico en el que se invertirán millones de dólares, tampoco lo es que impulsen su principal fuente de ingreso, el turismo, planes de radicación industrial y políticas que tienden al crecimiento, sin hablar de la reducción en el aspecto tributario. Es que más allá de los aciertos de los gobiernos actuales de tales regiones argentinas, es innegable que encontraron las bases, legadas por sus antecesores, para que se pudieran adoptar ciertas medidas que permitieran un respiro a los sofocados bolsillos sociales y no borraran la esperanza de los ciudadanos.
Aquí, en Santa Fe, poco antes de asumir, las actuales autoridades se quejaron del déficit que dejaba como herencia el gobierno saliente. Esto debió interpretarse como la dificultad que seguramente iba a tener la provincia para proyectarse hacia nuevos horizontes. Al hacer una revisión de los sucesos, el subliminal adelanto de Reutemann se cumple.
Es cierto, que, como decía algún filósofo, todos los que reinan son hombres y muy fácilmente inclinados a la torpeza, pero es imperioso que los frutos del desacierto de la anterior gestión gubernamental sean rápidamente eliminados del mercado. Son necesarias nuevas políticas, no sólo por el bienestar de los santafesinos, sin dudas la cuestión prioritaria, sino porque para Santa Fe y su gobernador hay esperanzas políticas que no se cristalizarán sin un crecimiento razonado pero libre de torpezas y ataduras de carácter conservador.


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