La tarde se va apagando y la gente que está en La Caseta y las playas cercanas sigue como lagartos en la arena de las playas del sur marplatense. Esquivando el viento y el descenso de temperatura, la mayoría demora hasta las primeras sombras su regreso al centro. Precisamente, el entorno bañado con la luz del sol mortecino del crepúsculo se tiñe de rojo y la oscuridad va ganando terreno hasta transformar en un paisaje irreal el lugar. Muchos hicieron un viaje demasiado largo desde el centro de la ciudad y se quedan hasta que la noche los devuelva a la ruta. Los que no llegaron en auto, un buen porcentaje, se acomodan como pueden en el 221, el único ómnibus que los retorna a la ciudad. Algunas horas más tarde, a media noche, algunos de esos veraneantes volverán a esperar para emprender un largo viaje, esta vez hacia el otro extremo de la ciudad, la zona de avenida Constitución donde están Sobremonte, Go, Chocolate, Frere y Tazz, entre otras discos. Después de la disco, otro largo viaje en colectivo y a casa con el sol de la mañana despuntando bien alto. Esas son las vacaciones full de una buena cantidad de jóvenes que caprichosamente eligieron armar sus santuarios de reunión y pertenencia a veinticinco kilómetros de distancia, uno del otro, el día y la noche. La región sur de Mar del Plata no es sinónimo de olvido, más bien lo contrario. ¿Cuánto tardarán los boliches nocturnos en atender el nuevo polo del sur y evitarle tanto viaje a los chicos? Ya se instaló El Divino, pegado a La Caseta. Dentro de algunas temporadas terminará de aclararse la nueva configuración del circuito top marplatense.
| La playa de La Caseta alegró el sur marplatense. | | Ampliar Foto | | |
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