Año CXXXIV
 Nº 48.996
Rosario,
domingo  14 de
enero de 2001
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El FMI dice que el aterrizaje de EEUU no terminará en recesión

El Fondo Monetario Internacional (FMI) terció esta semana en la polémica respecto del futuro de la economía estadounidense, cuando su director gerente, Horst Köhler, vaticinó que las perspectivas de una recesión son inferiores al 50%.
Existe la preocupación de que la caída en el ritmo sea demasiado pero, de acuerdo con lo que sabemos, la posibilidad de una recesión está muy por debajo del 50 por ciento, dijo Köhler.
De esta forma, el titular del organismo internacional se ubicó del lado de la mayoría de los analistas, que consideran que la principal economía del mundo se verá afectada por una disminución del crecimiento, pero no entrará en un período recesivo.
En la otra vereda, y casi en soledad, los economistas de la casa de inversiones Morgan Stanley Dean Witter pronosticaron que la recesión afectará a la economía estadounidense en el primer semestre de este año y derramará sus efectos negativos sobre los mercados emergentes, en especial los latinoamericanos.
Técnicamente, para que una retracción de la actividad se transforme en una recesión, la evolución del Producto Bruto Interno debe ser negativa durante seis meses, y la mayoría de los técnicos prevén que la economía estadounidense se desacelerará o tendrá dos meses de caída de la actividad, pero no más que eso.
Köhler pronosticó que habrá una reducción sustancial en el ritmo económico de los Estados Unidos, pero no una recesión, y agregó que ese proceso de caída en el ritmo económico es una normalización, que el FMI consideraba necesaria.
El Fondo esperaba y deseaba un freno en los Estados Unidos debido a que el ritmo de crecimiento en esa gran economía, del cuatro a más del cinco por ciento, no es ni será sostenible, dijo el director gerente del FMI.
Además, Köhler resaltó que la posibilidad de una contracción económica en los Estados Unidos puede provocar un desplazamiento de fondos hacia Europa que, como había crecido a un ritmo menor, ofrece más estabilidad.
Durante los primeros tres trimestres del año pasado la economía de los Estados Unidos creció a un ritmo proyectado anual del 4,2% y Europa el 3,3%.
Ahora los economistas proyectan una reducción marcada en los Estados Unidos mientras que para Europa se anticipa un crecimiento del 2,5%.

La oportunidad europea
La jefa de estrategia para acciones globales en Fiduciary Trust International, Shelia Harnet Devlin, dijo que Europa parece ser ahora la mejor oportunidad para los próximos seis meses y todos los mercados europeos pueden beneficiarse con el flujo de fondos.
Pero además, esta polémica por la actividad económica torció el fiel de la balanza hacia la posición de quienes sostienen que es necesaria una reducción de impuestos en Estados Unidos para conjurar una posible recesión.
Esa bandera, agitada desde el año pasado por el ahora presidente electo, George Bush, ha ganado adeptos y ahora hasta los demócratas la están acepando. El jefe del bloque demócrata en la Cámara de Representantes, Dick Gephardt, hasta ayer enemigo de una rebaja de impuestos, ahora habla de considerar la idea.
Todos reconocen el mensaje enviado por el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, de que la economía se está frenando más rápido de lo previsto.
Una rebaja de impuestos, concentrándose en los sectores de ingresos bajos y medios, pondrá más dinero en el bolsillo del público, dicen los asesores de Bush, lo que alentará el consumo.
La pelea está planteada en los ajustes de tasas impositivas para la gente que gana más de 40.000 dólares al año y una serie de beneficios para las corporaciones.
Nadie quiere cargar en Washington con la culpa de oponerse a medidas de estímulo.
Por eso Gephardt dijo que espera una negociación sobre las rebajas en los impuestos, pese a que los demócratas siguen apoyando la idea de usar el superávit para pagar la deuda interna.



Horst Köhler, el director gerente del FMI.
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