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Central, ¿una playa de perros?

Después de mucho tiempo volví al balneario playero que Rosario Central posee en su estadio de Génova y Cordiviola. Ese día las sorpresas bochornosas comenzaron temprano. Llamado a Telecom de por medio, me enteré de que Central tiene cortadas todas sus líneas telefónicas en el estadio. Los únicos teléfonos que tiene habilitados el club están en la sede de calle Mitre y en la ciudad deportiva. Cuando por la tarde ingresé al club lo primero que me llamó la atención es el estado de evidente abandono de las instalaciones (espejos rotos, olor nauseabundo en los baños, duchas que no funcionan), sorpresa que se agudizó mucho más en el sector de playa del club sobre el río Paraná. Allí, insólitamente, tres perros enormes hacían de la suyas y tenían en vilo a toda la gente que estaba sobre la costa (en su mayoría madres con sus hijos pequeños) ante la mirada displicente, aburrida y despreocupada de los bañeros, que no atinaban a nada. Las reacciones de los perros eran por demás de imprevisibles y alarmantes, haciendo correr serio peligro a las criaturas. Al pedirle a uno de los bañeros que retirara los perros del lugar recibí como respuesta un relajado y burlón no. No terminaron allí las sorpresas: a Central dejan entrar con perros a la playa con el consentimiento de los encargados del orden y la seguridad del club. Espero que algún ente municipal tome cartas en el asunto y ponga en su lugar las cosas que los encargados de ponerlas en Central no lo hacen.
DNI 10.866.003