En este paraje cordillerano de Chubut la mano del hombre aún no ha incursionado demasiado en la naturaleza que emerge entre montañas, lagos y bosques. La avanzada turística le corresponde al complejo Lago 5, un emprendimiento ecológico de un grupo de empresarios cuya premisa es, precisamente, el cuidado del medio ambiente.
Cuando vinimos a conocer el lugar no existían caminos ni picadas; tuvimos la sensación de estar caminando sobre tierras vírgenes, contó Eduardo Saco, uno de los dueños del complejo que está en la región de Río Pico, a 480 kilómetros al oeste de Comodoro Rivadavia y 170 al sur de Esquel.
A este lugar silencioso llegan, anónimamente, australianos, norteamericanos y japoneses, muchos de ellos vinculados al negocio del petróleo, que tienen un anhelo común: pescar truchas y salmónidos en esta comarca de veinte lagos.
La estética del complejo está pensada para que los visitantes gocen de intimidad y privacidad, dos sensaciones difíciles de encontrar. Para la actividad social está el club house, casa grande integrada por restaurante, bar y todos los servicios.
Allí, al caer la tarde, se reúnen los pescadores a relatar sus entreveros con los peces, y los que vienen de realizar excursiones, algunos a caballo y otros en cuatriciclos.
Algunas de las nueve cabañas, que están en la ladera de las montañas y tienen ventanales que dan hacia el lago, están montadas sobre trailers y tienen un rústico alero que le confiere a la vivienda de madera un toque por lo menos especial.
El espíritu ecológico del emprendimiento se evidencia, por ejemplo, en el circuito de alarmas antifuego que rodea el complejo, a la vez que los huéspedes disponen de una sala de primeros auxilios con personal de enfermería permanente.
Es interesante realizar la excursión Travesía a Chile con Lago Verde, un paseo que comienza en un camino de montaña y vadeando los ríos Pico y Píldora. Después se atraviesa un camino de cornisa y un bosque de cipreses que bordea el río Figueroa, hasta llegar al pueblito chileno La Junta para el almuerzo.
Los caballos son mansos y nosotros, los guías, conocemos bien estos caminos, afirma Vanina, que acompaña a los turistas que se animan a cabalgar 10 horas hasta Veranada y el río Píldora, comida campestre incluida.
Los que prefieren la adrenalina de los cuatriciclos eligen Travesía a Lago 3, un paseo de 40 kilómetros por terrenos que prueban la pericia de los conductores. En cambio, a Cajón Chico y Cajón Grande se puede ir a caballo o en cuatri, a través del bosque y pasando por las ruinas de una vivienda de colonizadores.
La guarida de Butch Cassidy
Pero más allá de lo desolada de esta comarca, muy cerca del Lago 5 está el histórico Calabozo del Año 1911, que recuerda las andanzas de dos temerarios bandoleros que asolaron el oeste cordillerano de Chubut, en un tiempo en que la Patagonia tenía fama de tierra de nadie y fue guarida de cuatreros y bandidos.
Ese famoso dueto de pistoleros norteamericanos fueron Butch Cassidy y Sundance Kid, bandoleros a los que años después sucedieron otros dos temerarios personajes: W. Wilson y Bob Evans, muy perseguidos por la policía provincial de ese entonces.
La historia relata que un tal Lucio Ramos Otero, estanciero bonaerense, llegó en busca de aventuras, compró una estancia en Corcovado y contrató como peón a José Quintana.
La presencia de Ramos Otero llegó a oídos de Wilson y Evans, quienes pensaron que sería presa fácil para saquear su estancia. Fue así que en 1911 interceptaron su carro, lo secuestraron junto al peón Quintana y los llevaron a su guarida de río Pico.
Allí los encerraron en un improvisado calabozo de troncos, atados de pies y manos, pero 20 días después se fugaron y el estanciero alertó a la policía, que tras largas persecuciones encontró a Wilson y Evans y los mató durante ese enfrentamiento.
Las ruinas de aquel calabozo despiertan el interés de los que llegan por primera vez a esta apartada comarca del Chubut.
La Ciudad
