Dos robos de similares características en un lapso de 10 días afectaron profundamente el ánimo de los empleados y la firma Barchiesi, una papelera situada en Uriburu 1578. La firma fue asaltada ayer y el pasado miércoles 3 por hombres encapuchados que portaban armas de fuego. En ambas oportunidades los intrusos se apoderaron de dinero en efectivo y cheques por una cantidad que, sumados ambos casos, superaron los diez mil pesos. En el primer hecho los ladrones se apoderaron de cuatro mil pesos y ayer de algo más de seis mil, según confirmaron fuentes policiales. El robo de ayer ocurrió pasado el mediodía. Un hombre solo, con un arma de fuego y una capucha con la que se cubría en rostro ingresó a las oficinas de la empresa. Allí amenazó de muerte al personal y a unos clientes que se encontraban en el lugar para apoderarse de la recaudación. Luego se dirigió a otra oficina, en la que también había clientes y de donde se llevó más dinero, hasta totalizar más de 6 mil pesos.
El solitario ladrón abandonó la empresa en bicicleta y se dirigió hacia una zona donde se levanta un asentamiento irregular. Hasta allí lo siguió hasta perderlo de vista un empleado de la firma a bordo de una camioneta.
Primera visita
El miércoles de la semana pasada, los empleados de la papelera habían vivido escenas semejantes. Los protagonistas, aquella vez, habían sido dos asaltantes, también encapuchados. Ese día no había clientes y el personal era menos, así que los controlaron con más facilidad, explicó Silvia Barchiesi, titular de la firma. Los maleantes habían llegado en una moto, la misma en la que se retiraron a toda velocidad luego del atraco. A la salida, un vecino pudo seguir durante unas cuadras a los ladrones, alertado al observarlos mientras se quitaban las capuchas en la puerta de la empresa. Se apropiaron de 4 mil pesos y valores para el cobro.
En las dos oportunidades, los empleados quedaron inmovilizados a partir de las amenazas de los ladrones, que se retiraron con sus armas en alto, sin agredir a nadie. Una empleada, Leticia Bertoldi, fue testigo en ambos casos de los atracos.
Barchiesi explicó que las oficinas de la empresa dan a la calle y que en ambas ocasiones los asaltantes, que parecían ser personas jóvenes, estaban vestidas con jeans, remeras y camisas, por lo que pudieron ingresar como cualquier cliente, sin llamar la atención.
La mujer indicó que en el robo de ayer, a diferencia del de la semana pasada, en el lugar se encontraban más empleados y varios clientes. Señaló que el ladrón lucía muy nervioso, como fuera de sí y que hubo escenas de desesperación y gritos, aunque el solitario maleante se retiró sin agredir a nadie.
Tras un llamado de alerta al Comando Radioeléctrico, un móvil de esa repartición acudió de inmediato en la empresa, aunque no logró apresar al ladrón, que se había retirado en bicicleta.
Las denuncias por los dos atracos fueron radicadas en la comisaría 15º.