Año CXXXIV
 Nº 48.992
Rosario,
miércoles  10 de
enero de 2001
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Crisis política en Alemania por la "vaca loca"
Renunciaron dos ministros de Schroeder por el mal manejo de la patología bovina, que sigue sumando casos

Berlín.- La crisis de la enfermedad de las vacas locas produjo las primeras víctimas políticas en Alemania, con la renuncia de dos ministros en el gabinete del canciller alemán, Gerhard Schroeder. Ayer dimitieron la ministra de Sanidad, Andrea Fischer, y el titular de Agricultura, Karl Heinze Funke. La doble dimisión coincidió con la denuncia del décimo caso de la patología en Alemania.
Fischer, del partido verde, presentó su dimisión al reconocer que la confianza de los consumidores en el gobierno federal por el manejo de la crisis se ha visto sacudida. He cometido errores. Lo lamento, dijo Fischer, que renunció a pocos días para su 41 cumpleaños. Además, Fischer subrayó que cada error por sí solo no hubiera sido motivo para presentar la dimisión.
La ministra agregó que esperaba que su renuncia sirva para incrementar la protección del consumidor.
Fischer dijo sentir amargura por el hecho de que la primera víctima política del escándalo en torno a la encefalopatía espongiforme bovina (BSE) haya sido un político de los Verdes, en vista de que una de las causas para el mal de las vacas locas son los excesos de la agricultura industrializada, leit motiv de los ataques de los ecologistas germanos.
Fischer señaló que el canciller, Gerhard Schroeder, lamentó su decisión, y agregó que aún no cuenta con un sucesor. Los rumores que circulan en Berlín apuntan a la también verde Baerbel Hoehn, ministra de Medio Ambiente del gobierno regional de Renania del Norte-Westfalia.
También fue aceptada hoy la renuncia del ministro de Agricultura, Karl Heinz Funke, por el canciller federal Gerhard Schroeder, dijo una fuente gubernamental.
Fischer enfrentaba crecientes llamados para que dimitiera tras admitir que una advertencia de expertos del gobierno sobre las prácticas de la industria de la carne ``al parecer estuvo abandonada por unos 10 días'' en su ministerio, y por informes de que tales advertencias se habían emitido hace años.
Las críticas de funcionarios de la Unión Europea el mes pasado obligaron a Fischer a pedirle a los productores de carne el retiro de embutidos de las tiendas en que se sospecha hay carne contaminada.
Alemania insistió por varios años que su ganado no había sido infectado por el mal, pero de cualquier forma el país se vio sumido en una crisis tras conocerse el primer caso en noviembre. La cifra de casos confirmados aumentó ayer a 10. Los ministerios de Salud y Agricultura se han acusado mutuamente sobre el manejo de la crisis. Cada quien debe asumir la responsabilidad de sus errores, dijo Fischer, al borde del llanto.
Schroeder había defendido a capa y espada a los dos ministros ante la lluvia de críticas.
Un comisión gubernamental comenzó ayer su tarea de trazar un plan para combatir el mal. La directora de la comisión, Hedda Von Wedel, señaló que las primeras recomendaciones para mejorar la producción de los consumidores se darán a mediados de año.



La ministra de Agricultura de Renania-Westfalia retira una muestra de carne.
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