Año CXXXIV
 Nº 48.992
Rosario,
miércoles  10 de
enero de 2001
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Tres islas están en la jurisdicción de Rosario pero nadie las reclama
El Banquito está en poder de Entre Ríos pero es santafesino
Está registrado en Catastro provincial desde el 94, pero Victoria habilita las playas. ¿Llegará el topless?

Daniel Leñini

Los concejales de Rosario opinando que sí, que el municipio de Victoria debería autorizar el topless en la playa; la intendenta de Victoria, Gracia Jaroslavsky, preocupándose porque los curas nos van a matar si salen los permisos; los funcionarios municipales de Rosario mirando el debate por diario y por tevé sin decir una palabra, y resulta que toda la isla donde está el Banquito y otras dos más... son jurisdicción de la ciudad de Rosario desde 1994 y pertenecen a la provincia de Santa Fe.
El propio director de Catastro de Entre Ríos, Alberto Solterman, lo reconoció (ver recuadro). Sin embargo, es la policía de esa provincia la que custodia las 6.000 personas que van al Banquito cada fin de semana cuando los efectivos deberían ser de las seccionales 2ª y 4ª de Rosario, a cuyos dominios fueron agregadas las tierras.
La ingeniera Ana María Gurdulich, directora del Servicio Provincial de Catastro Regional Rosario, lo confirmó a La Capital: Las islas fueron empadronadas en 1994 como dominio fiscal del superior gobierno de la provincia de Santa Fe. Y señaló que se lo hizo en esos momentos y no antes porque la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación consideró que los terrenos habían dejado de ser formaciones inestables y eran tierra firme, que merecían la consideración y constitución como islas.
Y aquí aportó el detalle: El límite está definido por el canal oriental, que por ley nacional 22.067 divide las dos provincias. De manera tal que las islas Sabino Corsi Norte, Sabino Corsi Sur y General Juan Pistarini son santafesinas, jurisdicción Rosario, mientras que las del Espinillo, Castellano y del Francés son entrerrianas.

La Municipalidad emite la tasa
La Capital descubrió otro detalle que ya a esta altura mueve a risa: años después de que le reconocieran la propiedad de las islas, el gobierno de Santa Fe las entregó en comodato al Ente Administrador del Puerto Rosario (Enapro) y el organismo que dirige María Herminia Grande paga las boletas por tasa de alumbrado, barrido y limpieza, que emite y cobra la Municipalidad de Rosario. Revisar, si no, los registros de las cuentas 0223455, 0223456 y 0480698, impresos por separado y correspondientes a las islas Sabino Corsi Norte (donde está el Banquito), Sabino Corsi Sur y General Juan Pistarini, cuyos importes, bajísimos (13,97 pesos por cada una), ingresan bimestralmente a la caja municipal.
Fuentes responsables dijeron a La Capital que la cifra de la tasa municipal, de 13,97, surgió porque la valuación oficial de las islas en 1994 fue de 5.000 pesos cada una pese a que poseen diferentes extensiones: dos son de casi 20 hectáreas y la restante de cinco.
Sin embargo ambas partes, Enapro y Municipalidad, desde que el tema del topless en el Banquito intentó sacar de la monotonía a los rosarinos que no partieron de vacaciones, permanecieron sin decir palabra, no reivindicaron poder sobre las tierras e hicieron mutis por el foro mientras los medios pedían opiniones por todos lados.
Así que a prepararse los concejales Pablo Cribioli, Marta Rubeo, Evaristo Monti y otros que el fin de semana pasado reclamaron valentía a sus colegas de Victoria diciendo que el topless no debería escandalizarlos, porque puede que en el futuro sean ellos los que deban levantar la mano.
Gurdulich ratificó que el comodato de la provincia al Enapro (por ese entonces dirigido por Carlos Bermúdez, hoy diputado provincial) se hizo en 1997 mediante el decreto 803, para que las tierras fueran afectadas al desarrollo de las actividades portuarias.
Y que luego se inició un expediente en la Fiscalía de Estado de Santa Fe porque el Enapro (en cuyo directorio estaba también Angel Sciara, secretario de Hacienda de la Municipalidad) denunció una explotación comercial sin permiso por parte de particulares que habían instalado un balneario, Vladimir, y que encima cobraban entrada. Los mapas que distribuye la Dirección General de Topografía y Catastro de la Municipalidad de Rosario son coincidentes con lo que dice el Catastro provincial y muy claros también: junto a los datos cartográficos se advierte que a través de una línea imaginaria que cruza el río las islas comienzan a la altura de avenida Pellegrini (cerca de donde está, precisamente, el Banquito) y se prolongan hacia el sur hasta frente al frigorífico Swift.
En total, las tres islas suman casi 45 hectáreas: la Corsi Norte tiene 21,5, la Corsi Sur, 18, y la General Pistarini 5.
En el Banquito hay tres paradores en funcionamiento y un cuarto que tramita una habilitación. Los encargados de cada uno de ellos (Vladimir, Costa Esperanza y Punta Arenas) repiten siempre que los trámites de habilitación los gestionan ante la Municipalidad de Victoria y que las tasas y derechos que hay que pagar también las tributan allí.
Ayer precisamente el máximo responsable de Costa Esperanza, donde se intenta establecer la playa topless, Juan Cruz Varela, ratificó que siguen esperando del municipio de Victoria la autorización para funcionar como tal previa aprobación del Concejo Deliberante de la localidad entrerriana.



El famoso banquito es territorio rosarino, pero sus habitués son custodios de la policía entrerriana.
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