Buenos Aires.- Cuando aún no se silenció el fragor en el Aeroparque Metropolitano por las detenciones de taxistas sospechados de integrar una banda destinada a copar la zona e impedir el trabajo de los choferes ajenos a la mafia, las autoridades vigilan las actividades de una cooperativa de remiseros que pretende legalizarse, aunque sobre algunos de ellos pesan acusaciones de delitos como defraudaciones, hurto y estafa.
La mafia de los taxis, se afirma, se corresponde con una interna entre choferes, mientras que la cooperativa de remiseros afecta con sus actividades delictivas a los pasajeros, en especial a los extranjeros y a las personas ancianas más indefensas.
Las maniobras
De acuerdo con una investigación de la agencia DyN, se destaca por su agresividad y por sus antecedentes un hombre conocido como El Tano Pippo, quien figura entre los solicitantes ante la Inspección de Personas Jurídicas de la personería de una asociación de remises.
Es que las empresas de autos de alquiler denominados remises en Aeroparque y en Ezeiza necesitan autorización para operar. Y deben tener un stand habilitado en las estaciones aéreas, donde el pasajero abona el viaje antes de hacerlo.
Existen sólo dos entidades autorizadas y controladas para alquilar autos: Manuel Tienda León S.A. y Ecuador S.A.
Los remiseros truchos, o sea sin autorización, por el contrario actúan, a veces, de asalto, acosando a los pasajeros en el hall o a la salida de Aeroparque, ofreciendo sus servicios de viva voz, sin tener tarifas fijas y dando lugar a abusos y hasta delitos.
Las formas de operar ilegales de algunos choferes son por ejemplo el cambio de billetes, que consiste en entregar como vuelto a los pasajeros -extranjeros o ancianos, generalmente- dinero fuera de circulación, sin ningún valor.
Otra maniobra consiste en no aceptar una regulación del precio, haciendo ascender al pasajero y cobrándole al llegar cifras arbitrarias.
En el caso de uno de los sujetos más duros del grupo, se supo en una oportunidad que pretendía cobrarle a una pareja de turistas la suma de 39 pesos por trasladarlos de Aeroparque el barrio de Flores, cuando la tarifa fijada por las empresas legalmente establecidas es de 15 pesos.
Estos personajes que parecen salidos del filme Nueve reinas, pero carecen de picardía y abundan en agresividad, otras veces simulan cambio de empresa.
Por ejemplo, cuando arriba un pasajero en tránsito hacia Ezeiza que ya tiene pago el traslado en auto, aducen un cambio de prestador, o dicen que el micro está averiado. Y los conducen compulsivamente, cobrándoles un precio abusivo y asegurando que la empresa les reintegrará el dinero, lo que obviamente no ocurre.
Otro modo que causa miedo es el cambio de vehículo. Salen de Aeroparque y en el trayecto a Ezeiza fingen un desperfecto.
Entonces llaman por celular a un cómplice que llega como un salvador, que los lleva a destino cobrando hasta 900 pesos en algunos casos. El pasajero se convierte así en un verdadero cautivo, en zonas despobladas y a merced de los mafiosos.
Con antecedentes
En abril, El Tano Pippo fue denunciado ante la Policía Aeronáutica Nacional por dos ancianas mendocinas que al llegar a Aeroparque con destino a Ezeiza, de donde debían viajar a Brasil, sufrieron una mezcla de cobro abusivo con apriete.
El imputado, acompañado por un cómplice que fugó, les habría quitado a las aterrorizadas mujeres la suma de 300 pesos.
Intervino en esa oportunidad el juez de Instrucción Facundo Cubas -el mismo que por estos días encomendó al fiscal Félix Crouse desbaratar la mafia de los taxistas- y se secuestró un auto Mazda donde se concretó el apriete. Fuentes del juzgado dijeron que allí se tramitan actuaciones por daño y robo contra el sujeto.
De unos 60 personajes que integran la supuesta asociación de remiseros del Aeroparque, al menos una docena de ellos tiene antecedentes penales.
Se destaca en ese sentido que El Tano Pippo, uno de los principales operadores de la cooperativa, acredita acusaciones por atentado y resistencia a la autoridad, defraudación, hurto reiterado automotor, hurto, daños y estafa. A eso agrega acusaciones derivadas de sus actitudes violentas y agresivas.
Las actividades de la banda son observadas, como ocurrió con la mafia de taxistas desbaratada días atrás, por la Justicia, la Policía Aeronáutica Nacional y la Policía Federal.
La Ciudad
