Andrew Hurst
México. - La crisis política que aqueja al sureño estado mexicano de Tabasco podría convertirse en un dolor de cabeza para el presidente Vicente Fox, pues podría despojarlo de un líder prominente de la oposición con el cual negociar sus ambiciosos planes en el Congreso. La crisis en Tabasco estalló hace una semana, cuando el máximo tribunal electoral de México anuló las elecciones para gobernador celebradas el 15 de octubre y que habían favorecido al Partido Revolucionario Institucional (PRI), ahora convertido en el mayor partido de oposición del gobierno de Fox. El tribunal argumentó que hubo compra de votos y desigualdad en la propaganda por los medios de comunicación, por lo que el estado deberá celebrar una nueva votación antes de seis meses. La resolución del tribunal significó un golpe para el mandatario estatal saliente, Roberto Madrazo, quien busca ocupar la dirigencia nacional del PRI. Madrazo también fue blanco de acusaciones de haberse beneficiado de la compra de votos cuando ganó el control del gobierno estatal en 1994. Fox derrotó al PRI en las elecciones generales de julio del año pasado, terminando con 71 años de poder priísta. El PRI se debate actualmente entre varias facciones internas por el control del partido. Con el futuro de la dirección del PRI en duda y con Madrazo debilitado políticamente, Fox podría tener problemas para tratar de llevar adelante sus ambiciosos planes ante un Congreso donde ningún partido tiene la mayoría. Es un golpe para Fox porque él no tiene un interlocutor, afirmó George Grayson, profesor de gobierno en la universidad William and Mary College, en Virginia, Estados Unidos. Aunque no hay afinidades precisamente entre Fox y Madrazo, se cree ampliamente que el nuevo presidente veía a Madrazo como alguien con quien negociar para impulsar acuerdos en el Congreso. Esa estrategia estaría deshecha ahora. Fox dio la impresión de que consideraba a Madrazo como alguien con quien podría hacer acuerdos. Madrazo era visto como un mal necesario, alguien que podría domar a la bestia del PRI, dijo el politólogo Lorenzo Meyer, del universitario Colegio de México. Fox ha dicho que no intentará intervenir en los problemas en Tabasco, afirmando que depende de los líderes locales arreglar sus diferencias. Fox necesita el apoyo del PRI en el Congreso para llevar adelante un polémico plan para reformar el sistema fiscal y abrir la generación de electricidad a la inversión privada. Fox puede ver una parálisis en el Congreso con respecto a su agenda de reformas, pero no en el gobierno del día a día, dijo Federico Estévez, profesor del ciencias políticas del universitario Instituto Tecnológico Autónomo de México (Itam). El mandatario mexicano puede esperar poca ayuda de la otra mayor fuerza de la oposición en el Congreso, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD). La reacción de Madrazo a la crisis en Tabasco sugiere que podría tener problemas para tratar de unir a las facciones rivales dentro del PRI si llega a convertirse en el líder nacional de esa organización. Después de la decisión del máximo tribunal electoral mexicano, Madrazo ordenó al Congreso estatal saliente, en su último día en funciones, que designara a un aliado íntimo suyo, Enrique Priego, como gobernador interino. Al día siguiente, el Congreso entrante realizó otra votación, en la que Adan Augusto López -también del PRI- fue designado como segundo gobernador interino. Son los priístas locales quienes están dándole problemas a Madrazo y eliminando sus posibilidades de ser presidente del partido, dijo Grayson. El secretario de Gobernación (Interior), Santiago Creel, ha mediado en la crisis, presidiendo reuniones con políticos del PRI, el PRD y el Partido Acción Nacional, que postuló a Fox, pero hasta ahora no hay fruto alguno.
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