Daniel Leñini
El costo del Concejo Municipal de Rosario es tres veces superior a lo que propone el Ministerio de Economía de la Nación, para que las Legislaturas provinciales y municipales limiten sus gastos al 1,5 por ciento del presupuesto de cada jurisdicción. Con 13,7 millones de pesos asignados para este año, el Concejo de Rosario se queda con el 4,6 por ciento de los recursos de la Municipalidad, que son de 299 millones; el 1,5 por ciento representaría 4,5 millones, una cifra casi 10 millones menor que la actual. El presidente del cuerpo, Pablo Cribioli (radical), calificó de disparate la actitud del Ministerio de Economía de andar metiendo las narices en las provincias y decirles cómo deben gastar la plata. Este es un país federal. Más allá de los principios, también opinó que el planteo para Rosario, así formulado, está equivocado, ya que como no es una ciudad autónoma tiene un presupuesto más acotado que otras, como por ejemplo Córdoba, que goza de 500 millones, por lo que la incidencia del gasto del Concejo es mayor. Cribioli -desde hace un año en la presidencia y reelecto para el 2001- defendió el funcionamiento de la corporación local, ya que hace tres o cuatro años que goza de las mismas partidas, y no sólo que no gasta un peso de más, sino que ahorra cerca de 700 mil pesos por año. En Rosario hay 42 concejales (eran 36 hasta 1995) y 214 empleados de planta permanente. Cada edil cobra cerca de 2.500 pesos (eran 3.000, pero hace cinco meses lo redujeron un 12 por ciento) y puede designar a cuatro o cinco asesores, entre los que se reparten otros 6.000 pesos. El gasto de todo el personal representa el 90 por ciento del presupuesto. El Concejo de Córdoba tiene asignado para este año 15,5 millones, de los cuales 14,7 son gastos corrientes de personal: el 95 por ciento. Los ediles gozan de un sueldo bruto de 7.200 pesos y cobran de bolsillo 4.200; cada uno puede designar a tres empleados, pero luego están los asesores de bloque y por último la planta permanente, con cerca de 300 agentes. El presupuesto municipal se ubicó siempre en los 400 millones, pero para el 2001 ascendió a 513, ya que se incluyó un préstamo millonario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), otorgado al intendente Germán Kammerath. A lo largo de estos años, la única propuesta de reformular el funcionamiento en Rosario fue hecha por el radical Federico Steiger para que el número de representantes no supere los 20, acompañado de un cambio en la elección de los ediles que elimine la lista sábana. El secretario de Hacienda de la Municipalidad, Angel Sciara, declaró que para el 2001 se le asignó al Concejo la misma partida de los últimos años. Y bregamos para que no se eleve, pero la consideración acerca de si es necesaria o no una reforma que reduzca los gastos no me corresponde, no soy la persona indicada, aclaró. El funcionamiento de la Legislatura santafesina, con cerca de mil empleados (en 1990 eran 300), necesita 75 millones de pesos sobre un presupuesto provincial de 3.300; abarca el 2,2 por ciento. Llevar el gasto al 1,5 por ciento implicaría reducirlo en 25 millones. Este año, mediante el sistema de retiros voluntarios y otros retoques, bajó el gasto en 1,5 millón. En la provincia de Buenos Aires ahora quieren abolir el Senado, de acuerdo a un proyecto conocido ayer. Ambas cámaras gastan 167 millones de pesos: son 92 diputados y 46 senadores con una interminable lista de nombramientos. Cribioli se quejó: Acá en Rosario no hay políticos que ganen 10 ó 15 mil pesos como en otras provincias del norte, Formosa, Catamarca, La Rioja, Tucumán o Santiago del Estero; acá no se anda tirando la plata. Ahí nomás, en el despacho donde cumple tareas de intendente interino por ausencia de Hermes Binner, pidió una fotocopia del recibo de sueldo. Practicados los descuentos, cobró en diciembre 2.489 pesos. Creo que el que tenemos es un presupuesto razonable, no es disparatado para nada, consideró Cribioli. No se ha incorporado personal, los concejales nos recortamos las dietas y la calidad ha mejorado muchísimo con relación a otros años. El mayor nivel de debate y de trabajo en las comisiones se produjo gracias a la tarea de los asesores, muchos de ellos profesionales: arquitectos, abogados, contadores. Ya no se puede guitarrear. El radical opinó que no hay que cargar contra este sistema de trabajo porque los colaboradores realmente ayudan a la tarea del concejal. Este cuerpo tampoco tiene sospechas de corrupción. ¿Cuánto hace que aquí no se escuchan imputaciones de manejos turbios?, preguntó. El concejo de Rosario no tiene nada más que un vehículo oficial y ahora hemos licitado para comprar un furgón, finalizó Cribioli.
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