Los restos de las siete personas que murieron calcinadas anteanoche cuando intentaban combatir los incendios forestales en un campo, a escasos kilómetros del límite con la Pampa, fueron velados ayer en la sede del Concejo Deliberante y en una sala de sepelios de General Alvear y hoy serán inhumados en el cementerio de esa localidad. Los hombres murieron luego de quedar atrapados en medio de un foco que se incrementó con el fuerte viento que se abatía sobre la estancia Santa Elena, ubicada en el paraje Cochicó, en el kilómetro 499 de la ruta nacional 143. Se trata del propietario de la finca, Norberto Ferrada, de 54 años; su hermano Hugo (33), los trabajadores rurales José Vicente Suetano (43), Mario Sepúlveda (17), David Bustos (22), Víctor Leandro Domínguez (18) y Samuel Antonio Torres, chileno nacionalizado argentino, cuya edad no fue precisada. En tanto, el hijo del dueño de la estancia (de nombre Claudio) y otro peón (de apellido Ormeño) salvaron milagrosamente sus vidas al arrojarse en un tanque australiano con agua que se encuentra al lado de un molino, cuando las llamas los cercaban.
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