Carcarañá. - El frigorífico Friar decidió paralizar la planta productiva ubicada sobre la ruta 9 a la espera de una reactivación del mercado externo para la exportación de cortes vacunos. La medida pretendió realizarse a través de la suspensión del personal por 30 días, pero una presentación gremial en la Secretaría de Trabajo precipitó una oferta de retiros voluntarios, que fue aceptada en forma masiva. Los cerca de cien operarios que desempeñaban tareas en el frigorífico (de los 450 que supo tener con anterioridad) se encontraron con una notificación de suspensión por el término de 30 días sin goce de sueldo, a pesar de existir un convenio anterior de garantía horaria que la empresa estaba respetando. Esta situación fue interpretada por el Sindicato de la Carne como una irregularidad. Por esa causa el delegado normalizador, Adolfo Cardozo, presentó una denuncia en la delegación Cañada de Gómez de la Secretaría de Trabajo. Esa acción les permitió a los obreros llegar a un acuerdo de retiro voluntario que fue aceptado en forma masiva. Esta es una decisión que tomó la empresa hasta tanto no se reactive la venta de carne vacuna a Estados Unidos. Los directivos dijeron que la intención es mantener la fuente de trabajo en el futuro, pero existe una gran improvisación en los empresarios y también en las decisiones que toma el gobierno, dijo Cardozo a La Capital. La medida de Friar sorprendió porque semanas atrás los empresarios mostraron cierto optimismo por el logro de un eventual convenio de pago con los acreedores. Ese principio de acuerdo y la posibilidad de exportar nuevamente cortes al mercado estadounidense habían generado expectativas favorables en el sector gremial. El frigorífico Friar, uno de los cuatro principales exportadores del país, presentó una propuesta de homologación de deudas en los tribunales de Reconquista tras lograr un acuerdo con la mayoría de los acreedores comerciales y financieros para el pago de un pasivo que ronda los 62 millones de dólares. La firma santafecina, que tiene dos plantas en Reconquista, una en Santa Fe y otra en Carcarañá, se presentó a mediados del año pasado en convocatoria de acreedores como consecuencia de la difícil situación financiera y tras perder una fuerte participación en el nuevo reparto de la cuota Hilton de exportaciones de carnes a Europa. La decisión empresarial de presentarse en convocatoria de acreedores fue tomada en agosto del 99 cuando el pasivo rondaba los 84 millones de dólares, cifra que luego disminuyó a 62 millones a raíz de un acuerdo logrado con un grupo de bancos a quienes la firma entregó una planta ubicada en Pilar, provincia de Buenos Aires. Estamos con esperanzas porque los acreedores nos han dado ahora un nuevo voto de confianza y hemos llegado a un acuerdo con la mayoría de ellos. Se trata de un porcentaje cercano al 75 por ciento para la aprobación del concurso, dijo ayer a este diario uno de los directivos de la firma, Hernán Ingaramo. De acuerdo a lo explicado por Ingaramo la propuesta consiste en el pago a un plazo de diez años a los bancos que representan el 50 por ciento de la deuda total, con dos años de gracia para los que revistan como acreedores privilegiados y 10 años de gracia para los quirografarios.
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